Poema español de Juan de Padilla, llamado el Cartujano (1468-1522?) publicado en 1521, evidente imitación de Dante y de Petrarca a la vez. El autor imagina realizar el mismo viaje que Dante a través de las regiones de Ultratumba, teniendo a San Pablo como guía. El viaje —en esto consiste la extraña novedad de la trama— tiene lugar a través de los doce signos del Zodíaco, iluminados por el Sol que es la verdad cristiana: el Verbo. Allí se revelan al poeta las grandezas de cada uno de los doce apóstoles; del Zodíaco se pasa a las doce bocas del Infierno y a las doce partes del Purgatorio. Aunque la obra del Cartujano encontró entre los críticos algún defensor, sobre todo en relación con los episodios que se refieren a su propia vida, es en realidad un poema demasiado largo — cerca de mil estrofas en novena rima — y sin inspiración.
A. R. Ferrarini
Padilla fue de los que tocaron en las puertas del Renacimiento sin llegar a penetrar en él, y sin ser tampoco verdaderos poetas de la Edad Media: su erudición tuvo que ser pedantesca, torcido y violento su estilo. Pero sus fuerzas nativas eran grandes, quizá superiores a las de cualquier otro poeta del tiempo de los Reyes Católicos; y si en absoluto no se le puede dar la palma entre los imitadores castellanos de Dante, sólo Juan de Mena puede compartirla con él. (Menéndez Pelayo)