[Sylvae]. Obra latina de Poliziano (Angelo Ambrogini, 1454-1494), compuesta entre los años 1485 y 1486, publicada entre las Obras (Basilea, 1553) y reeditada e ilustrada por Isidoro del Lungo, en 1867. Está dividida en cuatro introducciones en verso.
Debiendo explicar en el Estudio florentino los autores clásicos por él preferidos, Poliziano muestra su gratitud de humanista hacia los grandes maestros y señala magistralmente los motivos sustanciales para la educación de las nuevas generaciones. El título de Selvas (v.), a la manera de Estacio, revela el tono de las diversas composiciones, improvisadas, sin una especial conexión artística, pero sometidas a un vivo impulso de inspiración. «Manto» muestra un gran amor hacia Virgilio, de quien se proponía el poeta explicar sus Bucólicas (v.); la adivina tebana, hija de Tiresias, famosa por ser también mencionada por Dante (Infierno, XX, 52-109), canta junto a la cuna de Virgilio y exalta su futura gloria: así ella habla de sus obras, explicando los personajes. En el «Campesino» [ «Rusticus» ], con referencia a escritores latinos como Varrón, Plinio y Columela, pinta el poeta, con gran eficacia plástica, menudos cuadros de la vida del campo; de este modo prepara el ánimo de los oyentes para la lectura de las obras geórgicas de Virgilio y de Hesíodo.
El «Ambra», tomando el título de la homónima villa de los Médicis en Poggio de Caiano, sirve como introducción a la lectura de los poemas homéricos. A continuación se celebra dignamente la vida de Homero, con una viva alusión a Tetis llorando la muerte de Aquiles: Júpiter, para consolarla, anuncia el próximo nacimiento de Homero, que será el cantor de la gesta del héroe. La última selva, «La nodriza» [«Nutricia»], expresa la gratitud del investigador hacia la poesía, que con el néctar sagrado fue su nodriza y lo educó para la vida: enumerando diversos poetas, desde los antiguos a los trescentistas italianos, hasta el admiradísimo Lorenzo de Médicis, quiere mostrar Poliziano toda su devoción por los grandes maestros. Las selvas representan uno de los documentos más interesantes de la cultura filológica de Poliziano y de su delicado sentimiento como humanista; poéticamente, si se hace caso omiso de algunos fragmentos felices, se limitan a ser simples ejercicios en verso, y se apartan de la línea de las introducciones al uso en los cursos universitarios de aquella época.
C. Cordié
El Poliziano de los versos latinos fue demasiado inmediato y difuso; la reminiscencia clásica valía en muchos casos por sí misma, sin que debiera transfundirse en nuevas y virginales palabras, como ocurre en las estrofas italianas. Y aquí está todo el límite de su poesía latina. (F. Flora)