Comedia en un acto y en verso, original del dramaturgo mexicano, Manuel Eduardo de Gorostiza (1789-1851). Se halla incluida en el tomo II de las Obras completas de este autor, publicado por Agüeros en 1899, y está dedicada a José M.a de Bocanegra, autor de la letra del himno nacional mexicano. La acción se desarrolla en el pueblo español de Chinchón, donde el anciano don Pedro, sempiterno elogiador de las costumbres de otros tiempos, retrasa la boda de sus sobrinos Félix e Isabel, que están enamorados. Para decidirlo a que consienta en el matrimonio y quitarle de la cabeza su extraña manía, otro de sus sobrinos, don Juan, prepara todo un plan.
Cuando don Pedro despierta de su siesta, se halla en una morada extraña y no tarda en quejarse de las molestias mil a que se halla sometido: el asiento duro, las calzas, el coleto, las sopas de pan y vino en lugar del sabroso chocolate, los juegos de caña, la caza, los bailes. Ante el anuncio de una guerra, sus criados le visten para el combate, pero a la primera salida el pobre hombre se desmaya a la vista de los turcos. Para dar fin a la farsa, los conjurados hacen quitar los tapices y cambian sus trajes por los corrientes. Mientras don Pedro cree que todo ha sido un sueño, declara Isabel que no quiere casarse con Félix hasta que pasen veinte años, a fin de demostrarle su constancia. Esto es suficiente para que el anciano mande en busca de un notario que formalice el contrato debido, y ordena que en lo sucesivo nadie ose hablarle de alcázares, rastrillos, tasajos ni bebistrajos:
«Vivamos como en Chinchón / se vive y no nos metamos / en dibujos. // Don Juan: Muy bien dicho; / y tan solamente extraña, / cómo pudo usted decir / antes todo lo contrario. // Don Pedro: Es que antes, señor don Juan, / no había yo paladeado / ni aun durmiendo, el saborete / de las costumbres de antaño».
A. Millares Carlo