Las Aventuras del Capitan Singleton, Daniel De Foe

[Adventures of Captain Singleton]. Obra del escritor inglés Daniel De Foe (1660- 1731). publicada en 1720. El héroe del relato, Bob Singleton, es por su carácter y sus aventuras el típico aventurero del XVIII. Nada sabe de su familia: raptado cuando niño por una gitana, muy pronto encarce­lada por sus fechorías, es educado por ca­ridad en las escuelas parroquiales y, ape­nas la edad se lo permite, se embarca y empieza su carrera de marinero. El ambien­te de una nave de aquella época no es apta ni mucho menos para la educación de un muchacho; fácilmente Bob se deja extraviar por los compañeros y, habiendo tomado par­te en una tentativa de motín, es desembar­cado con algunos otros en las costas de Madagascar. Después de varias vicisitudes, el pequeño grupo consigue alcanzar las cos­tas de África, desde donde inicia a pie la travesía llena de dificultades y peligros: ha de soportar el ardor de los desiertos im­practicables, luchar contra innumerables ani­males feroces, pasar ríos y montes, caer en poblaciones salvajes, luchar contra el ham­bre y la sed, sufrir todo género de dificulta­des; sin embargo, consigue proseguir y salvarse gracias a Bob que, pese a su temprana edad, es por su eficiencia reconocido como jefe y llamado por los demás el «capitán»; cerca de la Costa de Oro encuentran impor­tantes yacimientos de oro y se detienen, re­uniendo grandes riquezas, hasta que encuen­tran un medio para volver a Europa.

Bob vuelve a Londres pero, como no tiene ami­gos ni parientes, se entrega a sus amista­des y lleva una vida disoluta, derrochando en muy breve tiempo las riquezas conse­guidas con tanto trabajo. Se vuelve a em­barcar entonces y, muy pronto, en España, se agrega a una compañía de filibusteros que, bajo la guía de cierto Wilmot, se apo­dera de una nave y en ella sale en busca de nuevas presas. Bob se encuentra al fin en su verdadero elemento y se dedica con en­tusiasmo a las empresas más audaces; desde las Canarias hasta las Indias Occi­dentales, desde éstas al Cabo de Buena Es­peranza y a las Indias Orientales, desde allí, en fin, hacia las fabulosas islas holandesas de las especias, continuamente recorre los mares, capturando naves, cargadas de mer­cancías, hombres y esclavos; hace prisio­nero, entre otros, a cierto cuáquero llamado Guillermo «gran bromista y hombre de so­lidísimo buen sentido» que se convierte en su consejero y le impide efectuar in­útiles actos de crueldad, sugiriéndole la manera de solucionar conflictos en circuns­tancias difíciles. Un día la nave de Bob es tocada por un rayo, en lo que ve una ad­vertencia celestial. Surge en él un movi­miento de horror por su vida pasada, que, a través de las palabras de Guillermo, se convierte en verdadero arrepentimiento. Cambiándose de pirata en mercader, siente repulsión de las riquezas mal adquiridas y quisiera deshacerse de ellas; pero Guiller­mo, con típico espíritu de compromiso, le sugiere que las conserve y emplee para efectuar buenas acciones. Bob empieza, en efecto, por favorecer a la hermana de Gui­llermo, viuda pobre con cuatro hijos y, a los pocos años, de vuelta en Inglaterra, con­trae matrimonio con ella, renunciando a pasadas aventuras. Escrita sólo un año des­pués de Robinson Crusoe (v.), el Capitán Singleton es la primera de una serie de novelas de aventuras en las cuales el realis­mo con fondo moralizador de De Foe en­cuentra óptima expresión; las aventuras de piratería de Bob y su conversión final ilu­minan con singular eficacia la mentalidad de un país y de un siglo. [Trad. anónima (Barcelona, 1943)].

A. Prospero Marchesini