Obra de Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892). El tema del destierro cobró en la poesía venezolana de la época romántica gran importancia, debido muchas veces a las circunstancias políticas por las que atravesaba el país.
Fuera voluntario o forzoso el exilió, cuya resonancia sentimental formaba parte, desde el Poema del Mío Cid, del patrimonio de la poesía castellana, y que baña en melancólica luz ciertas expresiones de la poesía de Andrés Bello, engendró una serie bastante copiosa de composiciones poéticas. Entre ellas hay una obra maestra, La vuelta a la Patria, de Pérez Bonalde, poema doloroso, ante cuyos acentos vibran siempre nuestras almas, del retorno del desterrado a su país, en el cual le espera, desgraciadamente, en el cementerio, la tumba de la madre muerta. La vuelta a la Patria es así, a la vez, el poema del amor patrio y del amor filial, nutridos y fortalecidos en la ausencia, avivados en el retorno a playas familiares, profundamente cimentados por el dolor. El poema fue escrito en el mar, mientras el barco que transportaba a Pérez Bonalde navegaba no hacia La Guaira, como podrían hacérnoslo creer algunas de sus referencias, sino hacia Puerto Cabello, donde le acogieron parientes y amigos, ante los cuales leyó su composición; poema del destierro y de la patria vista aún con los ojos del alma y del recuerdo.
Los versos de La vuelta a la Patria son de los que, una vez leídos, no se olvidan y siguen, raro privilegio, cantando en la memoria. Ello es debido a su calidad emotiva, a la sinceridad y a la profundidad del sentimiento expresado, al contenido tan humano que encierra. Se debe también al don lírico y a la plasticidad de una expresión densa y matizada, cuyo ritmo externo se amolda maravillosamente al de la emoción.
R. L. F. Durand