La Turbina, Karel Matčj Čapek-Chod

[Turbina]. Novela del che­co Karel Matčj Čapek-Chod (1860-1927), pu­blicada en 1916. Se trata de una característica novela neonaturalista, es decir, escrita se­gún el tipo que, en Bohemia al igual que en toda Europa, a fines del siglo XIX y principios del XX, utilizó sobre base natu­ralista las nuevas experiencias psicológicas e impresionistas.

El motivo central lo cons­tituye la decadencia de la familia de un gran industrial de Praga, Ullik; pero alre­dedor de ese motivo tienen lugar innu­merables vicisitudes de otros numerosos personajes. El título deriva de que la adquisición de una turbina para reconstruir la fábrica de papel, que absorbe todo el patrimonio de Ullik, es la causa de todas las vicisitudes del relato, y también del hecho de que la sociedad de Praga aplica el remoquete de «turbina» a la hija de Ullik, Tynda’, que quiere ser cantante, pero que entretanto lleva de cabeza por una parte a un joven de condición inferior, Nezmara, que pese a todo consigue con­quistarla, y al mismo tiempo a un rico americano, Moor, que apoya la empresa de Ullik. La carrera artística de Tynda se des­vanece y, al mismo tiempo, por errores de cálculo, la turbina colocada en el estable­cimiento causa el derrumbamiento de una parte de éste y la quiebra del industrial.

El americano, que ha comprendido todo lo ocurrido entre Tynda y Nezmara, abandona Praga, con lo que resulta inevitable la ruina de la orgullosa familia burguesa. Con la historia de la empresa de Ullik y de los amores de Tynda se mezcla la del cuñado de Ullik, Armin Frey, un bibliófilo jorobado que se dedica a la cría de gatos persas, el cual acaba su extravagante existencia al derrumbarse la torre de la industria en la cual vivía. Un crítico checo, M. Sezima, ha dicho que la novela de Čapek-Chod ha quedado, dada la impasibilidad del autor, como un gran mecanismo, muy complicado y admirablemente bien construido, pero sólo como mecanismo. De todos modos, en este mecanismo se mueve un conjunto de per­sonajes, dramáticos o cómicos, bastante diferentes entre sí y estudiados en sus características originales, prueba de las grandes dotes imaginativas del autor, ade­más de su capacidad de observación psico­lógica.

E. Lo Gatto