De bastante interés es la ópera en dos actos Turandot, de Ferruccio Busoni (1866- 1924), compuesta según libreto que él mismo sacó fielmente de la leyenda de Gozzi. Publicada en 1906, se representó en Zurich en 1917; el mismo Busoni sacó de su ópera una «Suite» orquestal en nueve números.
En Turandot, ópera de su madurez, Busoni sintetiza y aplica los puntos esenciales de su estética musical, tal como ha sido expuesta en el Esbozo de una nueva estética de la música, publicado en Trieste, 1907 (v. Escritos de estética musical). El teatro es concebido como «juego», como representación que concede a la fantasía ilimitadas posibilidades. Mientras Puccini verá más tarde el drama de Turandot en una atmósfera de pasión y tragedia, Busoni lo coloca en una esfera abstracta y fantástica, tomando pie de los hechos y sentimientos mismos del mundo humano, ironizándolos, burlándose al mismo tiempo del teatro dramático. El tono jocoso de la ópera, aún más que los personajes, lo dan las tres máscaras, Truffaldino, Tartaglia y Pantalone. La derivación de casi todos los temas de la música china o árabe, y el recurrir a modos orientales, que con su color exótico crean un mundo musical que escapa a toda lógica, contribuyen a incrementar el carácter fabuloso y fantástico de la ópera.
L. Fuá