[Die Weisheit des Brahmanen]. Colección de poesías didascálicas en versos alejandrinos, del poeta alemán Friedrich Rückert (1788- 1866), publicada entre los años 1836-1839. En la primera edición esta obra está subdividida en veinte grupos sin criterio preciso, mientras en la edición de toda la obra de Rückert y en la mayor parte de las ediciones siguientes, está dividida en varias partes según ciertas afinidades de tema.
En estos poemas que intentan comprender todas las manifestaciones de la vida humana, Rückert examina las relaciones del hombre con el eterno espíritu de Dios, que se manifiesta en la naturaleza y en la revelación histórica, y se adhiere a la doctrina y sucesión de Cristo; muestra al hombre el camino para alcanzar la perfección; le enseña a reconocer en la belleza del mundo terrestre su origen divino. Dentro de esta aserción se reúnen consejos para los más humildes deberes de la vida cotidiana y exámenes de las mayores controversias en el terreno científico y en el filosófico, en una investigación que conduce al poeta a aceptar y desarrollar o a combatir y rechazar los conceptos de Descartes, Spinoza, Kant, Fichte, Hegel y Schelling. A estas actitudes que pretenden ser especulativas, se unen motivos autobiográficos como la lamentación por la pérdida de sus seres amados, o por no ser comprendida su obra, la exaltación de Carlos Augusto de Weimar, una comparación entre Goethe y Schiller, el pesar por los ataques de W. Menzel contra Goethe, la admiración por la selecta femineidad de Charlotte von Schiller y la instintiva repulsión por Bettina y Rahel. Como en Rosas de Oriente (v.), Rückert se sirvió de un enmarque oriental para expresar su pensamiento, pero aquí la ambientación exótica no es más que una máscara transparente.
La colección posee, sin embargo, una vitalidad propia en la áurea sabiduría de muchas sentencias, en las cuales hallan expresión la honrada conciencia del poeta y su fe fundamental en los valores culturales. Su lenguaje se adapta al espíritu de la obra, que es el de un alma que ha llegado a la reconciliación consigo misma, con Dios y con el mundo.
A. Feldstein