[La Resurrezione]. Es obra anónima, si bien se han propuesto diversos nombres que han de considerarse como de autores de refundiciones y adaptaciones de la misma. Tuvo fama mundial, no sólo por su valor intrínseco, sino porque fue una de las más grandiosas representaciones sacras de la Cofradía romana del Gonfalone.
Se conservan muchas redacciones en sextinas y en octavas endecasílabas; pero todas, respecto al arte, son obras bastante modestas en las que es evidente la refundición, la ampliación y el compendio de otras y seguramente más antiguas redacciones. No es improbable que en su forma primitiva también ésta fuese obra de los «laudesi» umbros y que desde Perusa pasara al teatro del Gonfalone, sufriendo refundiciones y adiciones y adoptando la octava rima, ropaje propio del siglo XV. La celebridad, tanto de esta como de otras representaciones semejantes, «se debe — como dice Vittorio Rossi — a la majestad del lugar donde se representaba el espectáculo desde los últimos decenios del siglo XV en adelante.
El escenario quedaba en la arena del Coliseo, los espectadores se sentaban en las gradas circulares; sobre la figurada representación de los misterios cristianos aleteaban los recuerdos de los juegos romanos y de los sangrientos martirio: el modesto rito de los autores umbros se había convertido en la celebración del triunfo de la Roma de Pedro sobre la Roma de César».
G. Franceschini