[La reina jove]. Drama en cuatro actos y en prosa del poeta y dramaturgo catalán Ángel Guimerá (1845- 1924), estrenado el 15 de abril de 1911.
La joven princesa Alexia, recién elegida soberana, hace donación a la ciudad de uno de sus mejores parques. Después de la ceremonia, la reina sufre un accidente y es salvada por el valeroso Rolant, jefe de la oposición republicana. Desde entonces un secreto idilio se inicia entre ambos. Rolant va a palacio a pedir el indulto de dos de sus compañeros; por su parte, la reina asiste, disfrazada, a uno de los mítines de Rolant. Ambos descubren que desde distintas vertientes sus deseos confluyen en el amor al pueblo humilde y en evitar el inútil derramamiento de sangre.
Pero el gran duque Esteve, tío de Alexia, implanta una dictadura y la reina queda, de hecho, prisionera. Sin embargo, consigue llegar a casa de Rolant y pedirle la paz entre los dos contendientes; ambos se confiesan su amor y Alexia implora para que impida su matrimonio obligado con el hijo del gran duque Esteve. Pero Rolant, fiel a su ideal y a sus amigos, lleva adelante sus planes y se subleva. Los revolucionarios llegan hasta el palacio real y quieren agredir a la reina; Rolant se interpone y se la lleva amorosamente diciendo: «La reina, no! La dona, sí! Aparteu-se! Aparteu-se!» La fuerza dramática de la obra radica en la lucha que sostienen Alexia y Rolant contra los convencionalismos sociales y políticos que impiden el triunfo de sus sentimientos.
Es un buen drama romántico llevado con maestría, en el que se ensalza la figura de la reina para contraponerla, en cierta manera, a la institución monárquica, demasiado formalista.
A. Manent