[The Ordeal of Richard Feverel]. Novela del escritor inglés George Meredith (1828- 1909), publicada en 1859. Sir Austin Feverel, abandonado por su esposa, a quien amaba tiernamente y que ha huido con su amigo íntimo, desengañado del amor y de la amistad, se propone educar a su hijo Ricardo de manera que le sean ahorrados tales sufrimientos.
Así Ricardo crece víctima de un sistema, alejado de las escuelas públicas y de los muchachos de su edad. Pero a los dieciocho años conoce a Lucía Desborough, sobrina de un arredantario de su padre, y se enamora de ella. Sir Austin recurre a todos los medios para romper el compromiso de ambos jóvenes y más tarde, cuando ya se ha celebrado secretamente el matrimonio, para separar a los dos esposos, logra retener a su hijo, alejado de su esposa, en Londres, donde es seducido por una hermosa mujer. Avergonzado de su ligereza, prolonga su ausencia hasta que se entera de que su esposa ha tenido un niño y se ha reconciliado con sir Austin.
Parece que desde este momento todo está resuelto, pero Ricardo, enterado de las intenciones que lord Mountfalcon tenía sobre su mujer, le desafía y queda herido gravemente. Lucía enloquece de la emoción y muere. Es ésta la primera novela de George Meredith, y aunque los críticos hayan intentado ver en sus obras sucesivas las fases de un progresivo perfeccionamiento, debe reconocerse que a pesar de ciertas crudezas, algunos errores de gusto y de buen sentido, La prueba de Ricardo Feverel es una de las novelas mejor logradas y más completas de Meredith. Sus cualidades de psicólogo, de pensador y de moralista se encuentran aquí ya claramente delineadas.
Meredith es ante todo un atento observador, y las concepciones morales contribuyen a la creación de personajes de cuerpo entero, humanamente acabados. Lucía, aunque trazada con menor potencia que otras heroínas de Meredith, es una suave, figura de mujer que sabe amar profunda y devotamente. En la novela ya se encuentran esbozados los principales temas del pensamiento de Meredith, y sobre todo el dualismo existente en él entre las tendencias del segundo período romántico y las fríamente positivistas que predominaban en la sociedad inglesa.
S. Rosati
Nadie, exceptuando algunos de los grandes griegos, consideró nunca la Naturaleza tan naturalmente como él. (Chesterton)
La inteligencia de Meredith analiza sin disociar; se detiene siempre en un centro de resistencia representado por la unidad del sentimiento, de la acción, de la vida. Su análisis coTisiste en determinar en cada momento la unidad psíquica de los personajes y en manifestar sus acciones a través de esta unidad, de donde resulta que en sus estados de ánimo nunca se encuentran separados de ellos mismos para ser proyectados sobre la mesa anatómica; están encerrados entre los límites imponderables e intrans- gredibles de su personalidad. (Fernández)