[Le román russe]. Obra del crítico francés Eugéne-Melchior de Vogüé (1848-1910), publicada en 1886. En su intento de dar a conocer íntimamente una gran experiencia literaria y de colaborar en la aproximación espiritual y política de dos importantes pueblos, el autor pasa revista a las manifestaciones más originales y características de la cultura rusa del siglo XIX; la nueva novela testimonia la energía de un pueblo que no ha llegado todavía a poner en claro sus más urgentes problemas, pero que confía al sueño del arte lo mejor de su personalidad, con su espíritu religioso y su gran fe en la humanidad.
Tras el período romántico dominado por la gran figura de Pushkin, la obra de los escritores rusos, y sobre todo de los novelistas, se nos presenta en un plano de fuerte originalidad, siendo una sustancial contribución al gran esfuerzo del espíritu humano por cuanto, al aclarar problemas nacionales y sociales del momento, incoa un proceso a la civilización a la vez que sienta la fe en un mundo nuevo.
La novela rusa considera la experiencia humana por encima de toda cualidad literaria; su drama y su ideal constituyen la meta de un esfuerzo que no es sólo literario, sino humano y universal, y alcanza formulaciones eternas precisamente por insertarse en el genio de la propia tierra y por no traicionar el soplo sincero de un renacimiento.
Por eso la novela rusa es para Francia, y para el resto del mundo, un testimonio de primer orden sobre la función de la literatura frente a los problemas sociales, a la vez que constituye un índice elocuente para el futuro.
El libro de Vogüé, dándose cuenta de la grandeza épica de la novela rusa, ilustra en particular la obra de Gogol, Turguenev, Dostoievski y Tolstoi, y a través de ella las grandes crisis espirituales del pueblo, desde la evolución política a la liberación de los siervos de la gleba, a las conspiraciones y al misticismo.
La obra conserva valor histórico para la interpretación de un mundo que era casi desconocido en Europa, e inaugura, con su propia facilidad divulgadora, el interés del público y de los literatos por un arte que en todo y por todo era completamente nuevo.
C. Cordié