En 1907, el presidente de la República O. del Uruguay, doctor Claudio Williman, designó al poeta Juan Zorrilla de San Martín, autor de «Tabaré», para que preparase una Memoria a fin de facilitar a los artistas escultores la presentación de los bocetos para el monumento que, a la memoria del general José Artigas, precursor de la nacionalidad uruguaya y procer insigne de la emancipación americana, debía erigirse en Montevideo.
Zorrilla de San Martín preparó el canon del monumento en una patriótica apología en forma de veintisiete conferencias que constituyen tanto una obra de arte como una vindicación del héroe y ofrecen, en polifacético conjunto, una historia de los tiempos heroicos de la República Oriental del Uruguay. Marcelino Menéndez y Pelayo acepta la razón del título de la obra admitiendo que se trata de «una epopeya en prosa, pero en prosa poética». Y Miguel de Unamuno afirma: «Dudo mucho que artista alguno del cincel pueda erigir al culto y a la memoria de Artigas, un monumento, en mármol o en bronce, más sólido que éste».
La obra de Carlyle sobre los héroes inspiró, incontestablemente, las conferencias escritas por Zorrilla de San Martín para exaltar a Artigas. El crítico Lauxar sostiene que «forzoso es reconocer que La epopeya de Artigas no tiene igual como historia patria, como estudio de la Revolución de Mayo y como libro, escrito en prosa, de asunto americano ».
J. Pereira Rodríguez