[La Cathédrale]. Novela del francés de origen flamenco Joris-Karl Huysmans (1848-1907), publicada en 1898; una de las más notables del período «católico» del autor. Un escritor, lleno de inquietudes, Durtal (v.), recordando una benéfica estancia en la Trapa (v. En ruta), va a Chartres: en la quietud mística de la catedral trata de encontrar una paz que la cultura y los estudios no le dan. Le sirve de guía espiritual un amigo, el abate Gévresin. Durtal es captado por la maravilla de la construcción antigua, siente la alegría de formar parte de una comunidad y de verter el alma en la alabanza de Dios; pero queda indeciso cuando le ofrecen hacerse oblato benedictino, en una vida dulce y tranquila de estudio. Junto a los monjes, el abate Plomb daría al neófito todo apoyo para una vida que no se podría desear mejor, como en el refugio de un puerto. Pero Durtal no sabe resolver la crisis de su alma: quisiera abandonar definitivamente el mundo para entregarse a una devoción donde el sentimiento se convierte en idea y símbolo, y al fin deja a los frailes, lamentando no poder ser íntimamente partícipe de su vida.
Aparte de la ondulación de los afectos y las continuas indecisiones que son características del pensamiento de Huysmans y de su posición religiosa, el libro es más que nada un pretexto para «narrar» el mundo medieval que la catedral representa. Herbarios, lapidarios, descripciones de detalles artísticos, leyendas, tradiciones, sortilegios, plegarias: todo es llevado al primer plano en la vida admirable de un edificio que encierra en sí el sentido de una edad. Hay en la vida de la catedral un valor simbólico, que explica los signos religiosos, los cánticos y la liturgia: cada uno, entrando en la comunidad de los fieles, advierte que forma parte de un misterio y constituye por su pequeña parte la gran obra del Señor, del mismo modo que siglos y generaciones han elevado y transformado la catedral, siempre una y siempre distinta en la riqueza de su arte. La composición hecha de varias descripciones estratificadas sobre este o aquel asunto, muestra la persistencia de la actitud naturalista del escritor y de su escasa eficacia en reproducir escenas y figuras; también la abundancia de noticias históricas, especialmente con referencia a la arquitectura y a la pintura, además de las prácticas religiosas, despliega su interés informativo, como en una historia novelada del arte; tanto que algunas ediciones llevan un amplio índice del amplísimo material relativo a la catedral y a la civilización dominada por ella.
C. Cordié