[De Pallio]. Breve escrito de Quinto Septimio Florencio Tertuliano (siglos II-III), ilustre apologista nativo de Cartago. Compuesto probablemente entre el 209 y el 211, ocupa por su contenido y por su estilo, una situación particular entre las demás obras del mismo autor. Los cartagineses habían notado con gran asombro que éste había cambiado la toga romana, ropa usual hasta entonces en Cartago, por el corto manto griego que llevaban los filósofos, el «pallium»; Tertuliano se defiende devolviendo la irrisión contra sus contemporáneos, a los que acusa de dar importancia a hechos exclusivamente exteriores; con tal que él no falte a las leyes naturales por las cuales los hombres no deben vestirse como las mujeres, el hombre tiene absoluta libertad para cambiar cuando quiera la hechura de sus vestidos. La transformación en general es, por lo demás, ley natural, y los mismos cartagineses han cambiado muchas veces sus trajes por influencia de modas extranjeras; ni tampoco la toga, prenda- de vestir impuesta por los conquistadores romanos, es al fin tan honorable como se piensa.
Sigue un panegírico del «Pallium» que, introducido para que hable por sí, alaba su comodidad en comparación con modelos de vestidos más complicados y se alaba de ser usado por las personas más serias y bien pensantes, como los filósofos, los retores, los médicos, los poetas, hombres todos muy superiores a los gladiadores, a los intrigantes de baja estofa y en general a todos cuantos al frecuentar el foro y las asambleas, no les parece cosa digna de vestir el «pallium». Ahora, pues, cuando se lo ponen los cristianos, el «pallium» tiene una nueva y absoluta razón de superioridad; es el manto que viste a los hombres más juiciosos entre sus semejantes. El estilo de este escrito está caracterizado por antítesis, asonancias, y el uso de términos populares y técnicos y se nota en él un refinamiento y una rebusca de preciosismos en su expresión, mayores que en los demás escritos de Tertuliano. Ha sido considerado por algunos críticos como un ejercicio retórico escolar, pero en realidad, bajo su tono brillante y burlón, con su ironía que en muchos puntos toca en la sátira, con su franca desaprobación de la ligereza contemporánea, el ardor con que es defendida por él toda costumbre de los sabios y de los cristianos, y la misma vivacidad de su paradoja, muestra la personalidad y la precisa intención polémica del autor. [Trad. española clásica de Esteban de Ubani con el título La capa de Tertuliano (Madrid, 1631)].
E. Pasini