[Folkways]. Monografía del sociólogo norteamericano William Graham Summer (1840-1910), publicada en Boston en 1906. En el prólogo el autor nos informa que este libro nació como introducción al texto de sociología en el que estaba trabajando y que a su muerte quedó incompleto.
El libro se propone la importante finalidad de explicar el concepto de «mores» (costumbres), y el título que le puso fue hallado por el autor por analogía con otros términos semejantes («folk-lore», «folk-dance», «folk-song», «folk-tale»), con el fin de indicar aquel conjunto de normas y de enseñanzas tradicionales de los pueblos se pasan de generación en generación, y que forman la guía de su vida y su código moral. Estos hábitos o Folkways, se distinguen de las costumbres («mores»), en cuanto estas últimas, por lo menos en el significado que les atribuye Summer, designan tanto las formas de cumplir las cosas habituales en una determinada sociedad con el fin de satisfacer sus necesidades y sus deseos, como las creencias y las normas relativas a tales formas, con las que tienen relación genérica, creencias y normas que representan el carácter específico, el «ethos», de una sociedad o de un período y penetran y dominan las formas de pensar frente a todas las exigencias de la vida. Seguidor del positivismo de Herbert Spencer, Summer entiende la historia de la humanidad bajo la teoría evolucionista como un lento y continuo progreso producido por el acumularse de experiencias de una infinita sucesión de generaciones.
«El primer deber de la vida — nos dice — es vivir; los hombres empiezan con las acciones y no con las ideas… la necesidad fue la primera experiencia a la que siguieron inmediatamente un conjunto de esfuerzos equivocados para satisfacerla». La experiencia es, pues, la fuente de las costumbres que son transmitidas por la tradición, la imitación y la autoridad, y debido a esto constituyen una fuerza social. Estas costumbres se forman inconscientemente y sólo después de mucho tiempo el hombre se da cuenta de ellas y las aprecia. El hambre, el amor, la vanidad y el miedo son los cuatro grandes móviles de las acciones humanas. Pero no todas las costumbres se derivan por leyes naturales, sino que algunas tienen orígenes artificiales y arbitrarios. El autor pasa a explicar el origen de todos los fenómenos de la vida asociada desde la religión, que él hace derivar de la magia, a las leyes, desde el lenguaje al dinero, desde la esclavitud al canibalismo, desde la vida sexual hasta los pasatiempos. De las costumbres nace la moral, debido a que las costumbres pueden justificar cualquier acción e impedir la condenación de cualquier barbaridad. Toda generación sin saberlo hereda de las precedentes y transmite a las siguientes las costumbres que ellas no han formado, pero que por ellas han sido formadas.
B. Cellini