La Antigua y la Nueva Fe. Una confesión, David Friedrich Strauss

[Der alte und der neue Glaube. Ein Bekenntniss]. Este libro de David Friedrich Strauss (1808 – 1874), publicado en 1872, es como indica el título una confesión de fe, con la que concluye el trabajo del autor iniciado con la crítica de la Vida de Jesús (v.). Strauss se plantea estas cuatro preguntas: ¿Somos aún cristianos? ¿Tene­mos aún una religión? ¿Cómo concebimos el mundo? ¿Cómo regulamos nuestra vida? A la primera pregunta responde negativa­mente. El dogma cristiano está en contra­dicción completa con el pensamiento mo­derno. El culto cristiano tiene como condi­ción la fe en la divinidad de Jesús: si ésta es insostenible, mejor es renunciar abier­tamente al Cristianismo que entretenerse en los tímidos compromisos de los teólogos protestantes modernos. Las pálidas concep­ciones de la creencia cristiana reflejan la vida escuálida, sin arte, ni ciencia, ni posi­bilidad de porvenir, de una raza oprimida y decaída. La humanidad moderna, con­tenta de vivir y de obrar, no puede encon­trar la expresión de su conciencia religiosa en ese símbolo de humanidad vencida y destrozada que es la cruz.

Si no podemos ser ya cristianos, podemos todavía tener una religión, si por ella se entiende el sentimiento de libre y feliz dependencia del universo, considerado como un orden racional dotado de armonía y de bondad; pero no es necesario que esta actitud con­tinúe llamándose «religión» y para evitar equívocos fuera mejor abandonar este nombre. La concepción del mundo de Strauss refleja con fervor de admiración la teoría darwiniana de la evolución y de la supervivencia de la humanidad más apta. Una elevada conciencia de la misión de la raza germánica, una realista aceptación de la lucha por la existencia, una decidida aversión por las ideas democráticas, a las que el autor opone el ideal de una monar­quía absoluta, con el hálito de misticismo que rodea la persona del soberano, preci­san en el sentido práctico esta despedida del Cristianismo, en la que son fáciles de advertir preanunciados los móviles más im­portantes del pensamiento de Nietzsche, y las más aberrantes teorías raciales y anti­cristianas del moderno paganismo germá­nico.

G. Miegge