[Az elsodort falu]. Novela del húngaro Dezsó (Desiderio) Szabó (1879-1945), publicada en el año 1919, esto es, mientras se preparaba el desmembramiento de su país. El autor, una de las personalidades más poderosas del Novecientos, quería dar a la clase media culta y a la nación entera una gran lección y, en efecto, con su fe en las guerras primigenias del pueblo, con la presentación trágica de la realidad húngara, con la dinámica romántica, y sobre todo, con la novedad revolucionaria de su estilo, ha sacudido a toda su generación. La novela gira en torno a tres personajes que, con sus cualidades opuestas, representan los diversos aspectos de la raza húngara: János (Juan) Bójthe que encarna la fuerza tranquila, el buen sentido y la prudencia; Miklós (Nicolás) Farkas, el novelista genial, pero con los nervios deshechos, Judit Farczády, la bellísima hija del pastor protestante. Viven en una aldeíta sícula de Transilvania que quiere ser el terruño materno en que se celan las virtudes de la estirpe. Judit ama a Miklós, y a su vez es amada por János.
Pero la joven quiere llegar a ser una gran actriz y, para trasladarse a Budapest, se ve obligada a venderse a Sarkadi Schón-Berger, joven hebreo de ambiciones literarias, hijo enriquecido del tabernero de la aldea. La gran guerra de 1914 arruina todas las esperanzas. Miklós, después de haber gritado al mundo el trágico destino de su pueblo, se ve perseguido por todos y muere enloquecido. Judit se entrega a la prostitución, mientras Sarkadi adquiere casi toda la aldea y llega a ser uno de los jefes de la vida económica y política. En medio de tanta ruina sólo János Bóithe, el intelectual que ha vuelto a la tierra, conserva una conciencia moral, y él será el salvador de la «aldea trastornada». Perdida Judit, escoge una campesina vigorosa y sana, cuyos hijos serán la única esperanza del pueblo, los destinados, tal vez, a torcer la rueda del Destino. Szabó es una fuerza de la naturaleza y, al mismo tiempo, un artista del retrato. Romántico por la intensidad de sus pasiones y sus imágenes, es realista por la observación precisa y por el pesimismo con que juzga su tiempo; su estilo expresionista, ejerció sobre la juventud un influjo decisivo.
G. Hankiss