Il Caffé

Revista escrita por un grupo de jóvenes milaneses, casi todos patricios, deseosos de oponerse a las modas del tiem­po. Salió en Brescia, entonces perteneciente a Venecia, desde junio de 1764 a mayo de 1766, y colaboraron en ella: Pietro y Alessandro Verri, Cesare Beccaria, Sebastiano Franci, Giuseppe Visconti. Giuseppe Colpani, Al­fonso Longhi, Luigi Lambertenghi, Pietro Secchi, Paolo Frisi, G. B. Carli y otros, que formaban la llamada «Accademia dei Pugni» [«Academia de los puños»]. El título, según explica Pietro Verri en un sabroso artículo del primer número, derivaba de un café abierto en Milán por un griego, en el que, «en primer lugar, se toma un café que ver­daderamente merece llamarse café: café verdadero, auténtico, café de Levante, per­fumado con áloe, que cualquiera que lo pruebe, aunque sea el hombre más grave, el más plúmbeo de la tierra, al menos du­rante media hora se convierte en un hom­bre razonable…; en ese café quien quiere leer, encuentra siempre revistas y periódi­cos, las ”Novelle politiche”…, el ”Giornale Enciclopédico”, y el ”Estratto della Letteratura europea…”;en este local, por último, se reúnen algunos hombres, unos razona­bles, otros que no lo son, se. discurre, se ha­bla, se bromea, se está serio, y yo que, por inclinación natural, hablo poco, me com­plazco en registrar todas las escenas inte­resantes que ocurren ante mis ojos, y to­das las conversaciones que oigo y que son dignas de registrarse, así pues, puedo imprimirlos con el título de ”E1 Gafé”, ya que precisamente nacieron en un café».

La re­vista se proponía acrecentar la cultura, combatir los prejuicios, despertar el amor a las letras, a las artes y a las ciencias, y ser siempre fiel a la verdad y a la rectitud. Pu­blicó artículos de economía pública, de le­gislación, de agricultura, de historia natu­ral, de medicina, de literatura varia, y com­batió la pedantería de los gramáticos que amenazaba extenderse a todas las produc­ciones del ingenio. Casi siempre firmaban los autores con iniciales y, aunque la forma de tratar los temas no era siempre co­rrecta ni elegante, la bondad de las cues­tiones tratadas excusaba y compensaba ta­les defectos formales. «El Café» tuvo mu­cha difusión en Italia y en el extranjero provocó ásperas polémicas, especialmente con Giuseppe Baretti. Esas disputas hicie­ron dejar de lado las cuestiones religiosas y evitaron la política en general; sin em­bargo, fue notable el artículo del conde Carli sobre Patria de los italianos (v.) que para algunos constituyó el programa de la revista. El fin de la publicación se debió a graves disensiones entre Alessandro Verri y Cesare Beccaria. La colección de los prin­cipales artículos aparecidos en él, fue im­presa muchas veces en un volumen y se recomienda como expresión, digna de tenerse en cuenta, del pensamiento italiano del siglo XVIII.

R. Caddeo