[Historia das lutas com os Holandeses no Brazil]. Obra del historiador brasileño Francisco Adolpho Varnhagen (1816-1857), publicada en Viena el año 1871, y en Lisboa en 1872. La historia, en su título, señala entre paréntesis las fechas 1624-1654, pero se extiende hasta 1662. Por la sucesión cronológica de los hechos expuestos, es la segunda de las tres grandes obras históricas del autor, después de la Historia General del Brasil (v.) y antes de la Historia de la Independencia (v.). Está dividida en diez libros y reconstruye la larga guerra entre portugueses y holandeses en el Brasil, consecuencia de la ocupación de Portugal por los españoles (1580-1640).
El autor expone ordenadamente los hechos desde las primeras hostilidades contra Bahía (1624) hasta la paz definitiva (1662), ilustrando los acontecimientos con escrupulosa y abundantísima documentación, parcialmente inédita, y explicando sus motivos en una metódica evolución lógica, según un severo método historiográfico. Hechos y circunstancias que en los cronistas de la época (Duarte de Albuquerque, Gaspar van Baerle, etc.) habían quedado borrosos o desfigurados por parcialismos, quedan definitivamente aclarados; consideraciones de valor general encuadran los acontecimientos. Al comenzar la narración se destaca lo que el autor juzga como error inicial del Brasil: el haber considerado la anexión\de Portugal por Felipe II de España como un «don providencial» y altamente beneficioso para el Brasil, con la ilusión de que eliminados los confines entre las colonias portuguesa y española (tratado de Tordesillas), el Brasil viera facilitada su vida comercial. El autor sigue los complicados manejos de la diplomacia en los diversos países interesados en el interminable conflicto, hasta la intervención inglesa para poner término a las hostilidades, las cuales prosiguieron todavía por más de 20 años después de la restauración de la independencia portuguesa, a causa de los intereses que se hallaban en juego.
Más que en las otras dos historias, lo anecdótico y pintoresco dan vida a la narración del autor, que anima frecuentemente la exposición de manera insólita en él, como en las páginas dedicadas a los héroes que se convirtieron en símbolos de la resistencia en el país: el blanco Vidal de Negreiros, el indio Felipe Camarao, el negro Enrique Dias; y en los pasajes referentes a los altibajos de la política militar y administrativa del famoso gobernador holandés conde de Nassau y sobre el astuto juego de la diplomacia holandesa, preocupada en prolongar lo más posible el dominio directo o comercial sobre las posesiones portuguesas, cuando era ya difícil justificar una campaña bélica.
G. C. Rossi