[Sons and Lovers]. Novela del escritor inglés David Herbert Lawrence (1885-1930), publicada en 1913. La vida conyugal del minero Walter Morel y de su mujer Gertrudis no es más que una larga batalla: la mujer, dotada de un fuerte sentimiento puritano, quiere obligar a su marido a asumir sus propias responsabilidades, y éste las rehúye por su naturaleza puramente sensual. Nacen de este matrimonio cinco hijos a los que la madre atrae a su propia órbita, alejándolos del padre: pero su predilecto es Pablo, muchacho pálido y apacible, profundamente sensible y siempre pegado a las faldas de su madre, en cuya vida, especialmente después de la muerte del primogénito Guillermo, arraiga profundamente el influjo materno. Pablo encuentra un empleo en una fábrica de instrumentos ortopédicos, pero en sus momentos libres estudia y pinta, expresando en sus cuadros su inquieta sensibilidad. Su amistad con Miriam, muchacha mística y romántica que odia la vulgaridad y siente sed de sacrificio, lo estimula intelectualmente, pero no le comunica el calor vital que él siente, en cambio, junto a su madre; y después de varias alternativas de amor y de odio, acaba por dejar a la joven. Entonces intenta desesperadamente abrasar su vida en el fuego de la pasión, en algo grande e intenso que fecunde su alma, y cree hallarlo en Clara, mujer divorciada, amiga de Miriam. Por un momento alcanza la intensidad del éxtasis; pero es sólo un momento y muy pronto advierte que no ama a Clara, sino al amor, y que su experiencia ha sido impersonal. Lentamente se le aclara la razón de esta dolorosa incapacidad de amar totalmente: mientras su madre viva él no podrá nunca entregarse enteramente a una mujer; ella lo ha concebido, criado, y ahora su amor vuelve a ella.
Clara comprende que algo grande y vital se le escapa en él: sus caminos divergen, ambos necesitan un compañero y vuelve al lado de su marido, Dawes, a quien, a pesar de todos sus defectos, puede sentir completamente suyo. Cuando después de largos sufrimientos muere la madre de Pablo, éste se encuentra desesperadamente solo: ya no sabe trabajar ni pintar, todo le parece irreal e indistinto; tiene la sensación de no existir, Miriam corre a su lado, enamorada y fiel; sería feliz sacrificándose por él, pero no tiene fuerzas para tomarlo sencillamente, para librarlo de la responsabilidad de sí mismo. Pablo la rechaza, y se halla solo en la noche, en el inmenso silencio en que únicamente su madre lo retenía; pero como no puede anularse y volver a ella, se dirige valientemente hacia el rumor y la claridad de la vida. Es quizá la más hermosa novela de Lawrence; en Hijos y amantes no se preocupa por defender tesis ni suscitar polémicas, y narra, sencillamente, tejiendo en su narración numerosos elementos autobiográficos, una experiencia humana, dolorosa e intensamente vivida. En el drama de Pablo Morel y de las tres mujeres que forjan su vida, sin darle una armonía perfecta, se expresa una cualidad característica de Lawrence: su capacidad de entender la presencia obscura de aquella «alteridad» que yace más allá de los límites del espíritu humano consciente y de expresar su experiencia en términos literarios.
A. Piloian