Obra del escritor español Melchor de Santa Cruz, de mediados del siglo XVI, publicada por vez primera en Toledo, en 1574, y reeditada, traducida e imitada hasta la profusión. Se han señalado como fuentes principales la Sobremesa (v.) de Juan de Timoneda, las Facezie et motti arguti di alcuni eccellentissimi ingegni de Ludovico Domenichi y las Hore di recreazione de Ludovico Guicciardini, así como la tradición popular autóctona. Por otro lado, el hecho de que Santa Cruz, hombre esencialmente del pueblo, usara el término de apotegma, prueba que no le eran desconocidas las colecciones de Plutarco y Erasmo, traducidas al español en 1533 y 1549, respectivamente. Y, en efecto, la crítica más reciente ha advertido en la Floresta algunos rasgos de origen erasmista. La obra, en su primera edición de 1574, consta de diez partes, que fueron aumentadas a once en la de Zaragoza de 1576.
Es un inmenso repertorio de anécdotas y dichos agudos, de una apretada brevedad casi lapidaria y de una gran riqueza idiomática. Su temática es diversa, predominando la de tipo histórico (arzobispo de Toledo don Alonso de Carrillo, el Gran Capitán, Isabel la Católica, Cisneros, etcétera). Trata de Pontífices y cardenales, de arzobispos y obispos, de clérigos y frailes (I); de reyes y caballeros, de capitanes y soldados, de aposentadores, de pajes y truhanes (II); del hecho de responder con la misma palabra o con una copla antigua o al nombre propio, de gracia doblada (III); de jueces y letrados, de escribanos y alguaciles, de médicos, clérigos y estudiantes, etc. (IV); de vizcaínos y mercaderes, oficiales y labradores, de pobres y moros (V); de amores, de música, de locos, de casamientos, etc. (VI); de dichos graciosos, de apodos, etc. (VII); de ciegos, de gordos y flacos, de corcobados y cojos, etc. (VIII); de burlas y dislates, de desafíos, etc. (IX); de dichos extravagantes (X); y, en su última parte (XI), de dichos graciosos de mujeres, de mujeres feas, de viudas, etc.