El oráculo ha revelado que para tomar Troya es necesaria la ayuda del arquero Filoctetes con el arco prodigioso que le diera Heracles. Pero Filoctetes está lleno de rencor hacia los aqueos que lo abandonaron en la desierta isla de Lemno cuando se hallaba enfermo a causa de una herida y se negará ciertamente a seguirlos. Ulises marcha entonces a Lemnos con el joven Neoptólemo, hijo de Aquiles, el cual, fingiéndose enemigo de los aqueos, deberá convencer a Filotectes para seguirlo.
Pero, cuando ya parece haber logrado su propósito, Neoptólemo, presa de una sincera amistad por el desdichado, no tiene corazón para llevar a cabo el engaño y le revela las maquinaciones de Ulises. Filoctetes, a pesar de sentirse conmovido por la lealtad de Neoptólemo, se niega airado a partir: sólo Heracles, al aparecerse a su amigo, logrará convencerlo para que siga a Neoptólemo a Troya.