Poemita inglés escrito en dísticos endecasílabos, compuesto y publicado anónimo en 1821. La palabra que forma el título según parece no se encuentra en ningún escritor griego y por consiguiente ha sido formada por el poeta; escrita sin divisiones, como la usa Shelley, parece que significa «alma sobre alma», expresando así el unirse de dos almas hasta coincidir una con otra. La condesita Emilia Viviani (como la llama el poeta; pero su nombre real era de condesa Teresa Viviani) había sido encerrada por su padre, en espera de una posibilidad de matrimonio, en el internado femenino de Santa Ana, en Pisa.
Shelley, que vivía no lejos de allí, fue conducido por el canónigo Francesco Pacchiani, por sobrenombre el «diablo de Pisa», a visitar a la reclusa, cuya suerte cruelmente injusta le causó una indignación que se cambió en simpatía y se convirtió en amor. Bajo el impulso de este sentimiento el poeta escribió Epipsychidion. Aunque más tarde negó aquel amor declarando con su impulsividad típica que se había engañado con la Viviani, que había «celebrado una nube en vez de una Juno», su primer sentimiento le indujo a ver en la noble dama la encarnación de aquella inmortal belleza a la que siempre había aspirado en vano. Con ella y con su esposa Mary, el poeta hubiera querido huir a una isla del Egeo, lejos del mundo absurdo y opaco de los hombres.
Pero la verdad es que Teresa se casó luego con Luigi Biondi delle Pomarance y murió en agosto de 1836, a la edad de treinta y tres años. De los diversos poemitas en que Shelley trató incidentalmente el tema del amor espiritual y sensual (v. Alastor y Juliano y Madalo) o de propósito (El príncipe Atanasio, Himno a la Belleza intelectual), Epipsychidion reúne y funde todos los temas al calor de un entusiasmo inspirado, profundamente penetrado de la influencia del Banquete (v.) de Platón y de la Vida Nueva (v.) de Dante.
Al celebrar la belleza inmortal y reevocar su largo deseo de alcanzarla y» poseerla, el poeta trazó una especie de autobiografía idealizada que se concluye en un himno triunfal en que hasta el elemento menos límpido parece haber ardido en una hoguera en que el íntimo contraste entre el amor físico y el espiritual halla su solución en la poesía. La descripción de la isla del Egeo y de la vida, que los tres fugitivos llevarán allí, señala uno de los momentos más alados de rica imaginación de toda la lírica de Shelley. [Trad. parcial de Mariano Manent en La poesía inglesa. Románticos y Victorianos (Barcelona, 1945)].
S. Rosati