[Saggio comparativo su la Rivoluzione Francese del 1789 e la Rivoluzione Italiana del 1859]. Es el último ensayo histórico del autor; quedó inacabado y se publicó en 1889, después de su muerte. Manzoni bosqueja, en un amplio examen comparativo, los caracteres de la revolución francesa y los de la revolución italiana. Útil y legítima en sus comienzos por la novedad del contenido ideal que traía a la historia moderna, la revolución francesa degeneró muy pronto, en su desarrollo tumultuario, y desembocó en la instauración de un despotismo que prácticamente anulaba sus beneficios.
Más legítima ante la historia y el derecho, y más fecunda, fue en cambio la revolución italiana — fundada orgánicamente sobre la unidad de las aspiraciones y de los sentimientos de todo un pueblo — que terminó en la guerra de 1859, guerra de liberación, sagrada y legítima, y no simple manifestación de voluntad de poder o de hábito de violencia. Así, mientras en Francia, en virtud de la tumultuosa dialéctica de las fuerzas revolucionarias, el gobierno, alejándose de la revolución, tuvo que «buscar su meta en la prisa de la carrera», y la fragorosa epopeya terminó en una catástrofe, en Italia el gobierno mismo fue el intérprete y ejecutor de las aspiraciones revolucionarias, y de este modo logró evitar el más terrible escollo de toda revolución. El ensayo, riguroso y analíticamente agudo, quiere ser una sistematización histórica, jurídica y teorética de un problema que los acontecimientos de 1859 y de los años posteriores habían actualizado en el espíritu crítico de Manzoni. Y a la luz de estos hechos hay que juzgar los humores jacobinos y revolucionarios de la juventud manzoniana.
D. Mattalia