[Ordet]. Drama en cuatro actos del escritor danés Kaj Munk (1898- 1944). Compuesto en 1925 y estrenado en Copenhague en 1932, suscitó vivas polémicas y discusiones en toda Escandinavia. El autor, pastor protestante, quiere demostrar en esta obra la posibilidad de los milagros: si tales fenómenos ya no ocurren en nuestros tiempos, es porque hemos perdido la verdadera fe: creer efectivamente en Dios significa, en efecto, creer en los milagros.
La acción tiene lugar en nuestra época en una rica finca de Jutlandia de la familia de los Borgen, que allí residen desde hace nueve generaciones. El actual propietario, el terco Mikkel Borgen, convencido partidario de Grundtvig y defensor de su doctrina, sufre al ver que sus hijos siguen caminos distintos. El mayor, Mikkel, no heredará la finca, puesto que no comparte las ideas religiosas de su padre; Anders, el heredero, quiere casarse de todos modos con la pequeña Anne, hija de un pobre sastre, Peter, fundador de una nueva secta religiosa separada de la Iglesia del Estado y en oposición al grundtvigianismo, mientras Johannes, ya brillante estudiante de Teología y objeto de las más ambiciosas esperanzas de su padre, vive en un estado de semilocura, convencido de ser Jesús de Nazaret, desde el momento en que su prometida, indirectamente por su culpa, murió en un accidente, y él no sintió dentro de sí la fe necesaria para pedirle a Dios que le devolviera su novia.
Aunque soñara con un matrimonio distinto para Anders, el viejo campesino da muestras, por fin, de consentir en la boda con Anne, pero el padre de la muchacha, en su ciego fanatismo religioso, se opone. Solamente cuando Inger, la suave esposa de Mikkel, muere de parto, Peter conduce él mismo a Anne a los Borgen: por su mano el mismo Dios que quitó al anciano una hija, le da ahora otra. La muerte de Inger llena a todo el mundo de dolor y desesperación, pero nadie tiene la fe necesaria para invocar el milagro, con excepción de Johannes. Recobrando la razón frente al cadáver de Inger, él se retirará en soledad para pedir a Dios que le conceda llamarla nuevamente a la vida; y ahora vuelve, seguro del consentimiento de Dios, y ordena a la mujer que se levante. Entre el estupor de los presentes, Inger resucita y sale del ataúd donde ya la colocaron, mientras el pastor niega la evidencia declarando imposible el milagro «desde el punto de vista religioso y ético» y el médico se queja por no haber sido llamado a redactar el certificado de muerte.
Los demás ni preguntan ni dudan, y entonan un himno de agradecimiento al Señor. El poderoso realismo de este «Misterio» moderno y la concentración dramática que culmina en la escena del milagro, impresionan indudablemente el alma dèi lector y del espectador. Entre las numerosas protestas no faltaron las de miembros de la Iglesia luterana. El drama, de todos modos, tuvo una amplia difusión y se presentó también en una buena versión cinematográfica.
A. Manghi