[Einzig möglicher Standpunkt, aus welchem die kritische Philosophie beurteilt werden muss]. Obra fundamental del filósofo alemán Jakob Sigismund Beck (1761-1840), publicada en Riga el año 1796. Su importancia estriba en la elaboración que en ella sufre la filosofía kantiana, bajo la influencia de las obras de Maimón y de los primeros críticos fichtianos, hacia una interpretación fenomenicoidealista.
Ya Schulze en su Enesidemo (v.) había sometido la teoría kantiana del origen del dato sensible a una crítica decisiva. Pues sí, dada la naturaleza de las categorías, el principio de causalidad sólo es válido para el mundo fenoménico, ¿cómo es posible atribuir el nacimiento de la sensación a la acción producida sobre la conciencia por un objeto, por una «cosa en sí», que trasciende al plano de los fenómenos? Beck renueva esta crítica y añade que el concepto realista de una «cosa en sí» en el sentido antes indicado, es extraño al pensamiento kantiano, y que los momentos en que semeja aparecer se explican por la necesidad de adoptar, para hacerse más inteligible, la terminología de la concepción dogmática corriente. De hecho, la materia sensible del conocimiento debe aceptarse como un dato inicial, fenoménicamente más allá de la cual no es posible pasar.
Más bien que en lo que se acerca a la orientación idealista, el nervio del pensamiento kantiano está, según Beck, en el concepto de la sírítesis a priori, de una actividad sintética de la conciencia que conjuga y ordena el dato, y en su caoticidad subjetiva determina el mundo concreto — a la vez que siempre fenoménico — de la experiencia: mundo de cosas, de hechos y de sus relaciones. Esta actividad es el principio, no sólo de las categorías de la inteligencia, sino de las formas de la intuición: espacio y tiempo, como de las ideas de la razón; la razón misma es agente bajo diversas formas y en distintos grados, llevando la conciencia desde la parcialidad y oscuridad de su inmediata aprehensión sensible, a la previsión del orden racional de la realidad. Orden que a la conciencia teórica aparece como el límite del saber, pero que a la conciencia moral se muestra en la obligatoriedad del deber, en aquella interna e ideal necesidad cuya hipótesis es la imagen religiosa de Dios.
A. Banfi