Forma parte de las Escenas de la vida parisina, en los Estudios de costumbres de La comedia humana.
Sylvain Pons, un oscuro director de orquesta, ha reunido poco a poco una preciosa colección de objetos antiguos de los que él mismo ignora el valor comercial. Su glotonería lo inclina a una suerte de parasitismo gastronómico con sus parientes ricos y mundanos que, creyéndole pobre, lo humillan y escarnecen.
De pronto, cuando Pons cae enfermo y no puede salir de casa, todos descubren el inestimable valor de su colección. Comienza así en torno a él un carrusel de amigos interesados y de parientes codiciosos. Pese a su ingenuidad, Pons acaba por darse cuenta de que se halla rodeado de intrigantes y ladrones, y designa como heredero universal a un amigo, el pianista alemán Schmucke. Pero a la muerte de Póns, Schmucke deja que le expolien todos los preciosos objetos justo esos mismos parientes que con sus manejos habían acelerado la muerte de su amigo.