[L’hérédo. Essai sur le drame intime]. Estudio psicofisiológico de Léon Daudet (1868-1942), publicado en París en 1917. El individuo se compone de dos elementos contrarios y siempre en contraste: el «sí» y el «yo». El «yo» es la síntesis de las tendencias hereditarias o «heredismos», manifestadas en las pasiones, en las aspiraciones vagas y en el «instinto genético» o motor animal del ser. El «sí», en cambio, es la íntima substancia de la personalidad intransmisible, inmortal, inalterable; comprende el impulso creador, el tono de voluntad (o fuerza volitiva) y el cuerdo equilibrio de la razón. El «heredo» es el individuo dominado por los instintos; el «héroe», en cambio, es el hombre que quiere y consigue la victoria del «sí». Entre los varios tipos de «heredo» está Baudelaire; entre los «héroes» se distinguen: Mistral, Santa Juana de Arco, Dante y Shakespeare. Toda obra es la manifestación de un drama entre heredismo y razón, en la intimidad del artista; los personajes de Shakespeare, por ejemplo, son imágenes correspondientes a las tendencias atávicas en lucha en el ser del autor.
Este drama está admirablemente expresado en la Divina Comedia: «El Infierno es el predominio de lo instintivo; el Purgatorio es la lucha entre el «yo» y el «sí»; el Paraíso es el triunfo de la razón ordenadora e iluminante». En cuanto al estilo, donde domina el «sí» es claro, sereno; si vence el «yo» es, por el contrario, alucinante, hermético. La razón, en mayor o menor grado, está siempre presente en el individuo; la teoría del inconsciente metafísico es inaceptable, como la irresponsabilidad moral. Puede, gradualmente, educarse el «heredo» a luchar contra los heredismos, hasta la completa curación. El estudio es una de las primeras tentativas de traducir la génesis de la obra de arte en los esquemas del psicoanálisis, que entonces se iba solidificando; pero, más que por su valor científico, es digno de consideración por la viveza de las ideas y la elegancia periodística de la exposición.
N. I. Di Villadauro