[Il corriero svaligiato]. Obra satírica de Ferrante Pallavicino (1616-1644) publicada en Villafranca (es decir, en Ginebra) en 1644 bajo el pseudónimo de Ginifacio Spironcini.
La trama del libro es proporcionada por un curioso pretexto: un príncipe de Italia, temiendo maquinaciones del gobernador español de Milán, manda interceptar las cartas dirigidas al gobernador español en Roma y al virrey de Nápoles. Desvalijado el «correo», unos «Caballeros de la Cámara» lo examinan con detalle y encuentran un «deleitoso entretenimiento». Toda la vida, en su apariencia de bienestar en su dolor cotidiano se ofrece a sus ojos: las ficciones se hunden pronto. Queda al descubierto la miseria del mundo, entre chistes y bufonadas, falsedades y artificios y remilgos. Interesantes por la gracia de las intenciones paródicas son las cartas de un milanés que pide que le nombren verdugo; de un individuo que envía dos docenas de gafas al virrey de Nápoles; de otro que redacta a su manera un informe del Parnaso contra los literatos modernos reducidos a servir de cocineros en los banquetes de Apolo. Son curiosas las cartas sobre las cualidades de las cortesanas de Venecia, sobre la costumbre de remunerar a las rameras, y otros temas afines. Tanto acerca de Venecia, como acerca de Roma, el autor se extiende con gran vivacidad y despreocupación en los pormenores. Son agudas algunas cartas en que se censura la vida de las Cortes, o se hace burla de varias costumbres; sobre la vida de las monjas, y acerca de la aspiración a vivir una vicia brillante y fastuosa.
Ofrece particular interés la «carta apologética de Ferrante Pallavicino», como claramente demuestra el índice de introducción: el autor defiende en ella la publicación de un escrito periódico suyo, los Sucesos del Mundo [Succesi del mondo (1636)]. Cierra la obra una breve relación que se podría llamar política, sobre el contenido de aquellas cartas. Esta obra interesa por la agudeza con que está observada la vida contemporánea, según una tradición que había seguido también el Aretino. Tienen también importancia las observaciones políticas, insertas aquí y allá contra España (y también con referencia a la «dudosa» política de los príncipes de Saboya); pero a pesar de esta actitud su obra documenta la vivacidad de un temperamento indisciplinado de escritor. En 1660 también en «Villafranca» se publicó una Continuación del «Correo desvalijado» al cuidado del llamado Spironcini, y con una carta dedicatoria que recuerda al desgraciado Pallavicino y su trágica muerte en tierra extranjera. Figura que los cuatro citados caballeros habían continuado la obra con el mismo carácter libre y divertido y que, entonces, finalmente, se daba al público. En realidad se trata del mismo Corriero privado de algunas partes (teniendo en cuenta la edición de 1644) y en particular de cuanto pudiera referirse a la política española: en realidad debe considerarse como una singular falsificación de un libro mundano, motivada por uno de tantos aspectos curiosos de la cultura y de la vida del siglo XVII en Italia.
C. Cordié
Una especie de sátira ómnibus que no deja títere con cabeza. (De Sanctis)