[Fuhrmann Henschel]. Drama de Gerhart Hauptmann (1862-1946), representado en 1898. Es un drama perteneciente a su primer estilo, es decir, a los comienzos naturalistas del escritor, y quiere ser un estudio de ambiente. Henschel prometió a su mujer, moribunda, que seguiría viudo, dedicándose a sus hijos. Sin embargo, Henschel no supo cumplir con su promesa y se casó con una criada, que ahora le traiciona. Poco después, su hijo muere de un modo misterioso y Henschel, atormentado por los remordimientos, se siente como perseguido por una oscura maldición, a la que no sabe reaccionar de ninguna manera. La imagen de su mujer muerta le sigue a todas partes y, de repente, en su trastorno, la conciencia de Henschel se ilumina: si su hijo murió, si su mujer le traicionó, la culpa es tan sólo suya; había que cumplir con una promesa, en la que habría encontrado la salvación; ahora ya no se puede seguir así, y nadie, sino él mismo, es culpable. Y Henschel se ahorca. Así, también en este drama, una sombría fatalidad, característica del naturalismo de Hauptmann, arrastra a la catástrofe al hombre que, en su debilidad, no supo enfrentarse con la vida y luchar por su existencia. Sin embargo, no es Henschel el verdadero protagonista del drama, sino que, a la manera típica del materialismo socialista, es el ambiente que domina y supera al pobre ser humano. El drama tiene un desarrollo más narrativo que teatral, con escenas episódicas que dispersan la progresión psicológica, ya débil. También aquí el escrúpulo realista llega hasta el empleo frecuente de formas dialectales.
O. S. Resnevich