El Códice Arundel 268 (en el Museo Británico) de Leonardo da Vinci (1452-1519), fue publicado en Roma: parte I, 1923; parte II, 1926; parte III, 1928; parte IV, 1930. Es el primer volumen de la serie «Los manuscritos y los dibujos de Leonardo da Vinci» publicados bajo los auspicios del Ministerio de instrucción pública de Italia por la Real Comisión Vinciana. La publicación en bello papel fabricado a mano de Miliani de Fabriano con filigrana especial, está constituida por dos secciones, la primera de las cuales contiene la reproducción fototípica de las hojas, que tienen enfrente, hoja por hoja, la transcripción diplomática, es decir, la reproducción diplomática; la segunda sección contiene la transcripción crítica, esto es, la reproducción del texto vinciano en forma más moderna que el original. La transcripción diplomática no es más que la reproducción fidelísima del texto en caracteres de imprenta, sin las figuras. La fidelidad es llevada hasta la exageración, de suerte que están reproducidas al revés las páginas que había invertido el encuadernador, por distracción. La reproducción es también fiel desde el punto de vista topográfico de manera que se puede fácilmente pasar de la transcripción diplomática al facsímil. Para reproducir ciertas particularidades del texto se ha recurrido a signos especiales y, cuando esto era imposible, a notas al pie de la página. La transcripción crítica contiene las figuras pero vueltas a dibujar y restauradas. Como es natural, las figuras, aunque sean lo bastante fieles desde el punto de vista material y correspondan al propósito, carecen de la belleza artística del sello de Leonardo.
La primera parte contiene una introducción acerca de las vicisitudes del Códice y la reproducción de las hojas 1-116; la segunda, las hojas 117-220; la tercera, las hojas 221-282. Las dos secciones tienen cada una su propia numeración progresiva y precisamente mientras el texto diplomático tiene la numeración 1-457, el crítico tiene la numeración l*-306*. La parte cuarta contiene notas diversas, una tabla de concordancia entre los folios del Códice y los pasajes de la antología publicada por Richter; correcciones y enmiendas al texto diplomático y crítico; el índice analítico de los nombres y de las materias, un breve glosario y una nota complementaria acerca de la historia de la edición de este Códice. Hay además dos fototipias para sustituir respectivamente a la de la hoja 176 reverso y a la de la hoja 186 anverso. Las notas se refieren a la descripción del Códice (su composición, papel y filigranas, escrituras de otra mano, contribuciones para fijar su fecha); a la frase que hasta la publicación del Códice había permanecido oscura, «Rifare l’albernucco», al canónigo Stefano Iligi di Dulcigno, y a la inserción de dos medias proporcionales entre dos segmentos dados. Las tres primeras notas son de Enrico Carusi, la última de Roberto Marco- longo.
El índice analítico es debido a Marcolongo y a Carusi, el glosario a Mario Pelaez. Además de los autores nombrados, han colaborado en la publicación Giovanni Gen- tile, Pietro Fedele, Ettore Nerga y Giulo Buzzi. La transcripción se debe principalmente a Carusi, la revisión científica a Marcolongo. La frase «Rifare l’albernucco», que es leída «Rifare l’albernuccio», significa «rehacer el manto», o en la realidad, o más verosímilmente en un dibujo. El canónigo Stefano Iligi di Dulcigno, nombrado en una carta del Códice no de mano de Leonardo, en el folio 274, es autor de la misma nota. Iligi, en 1522, ascendió a canónigo de Aquilea. La nota acerca de la inserción de dos medias proporcionales entre dos segmentos dados se propone corregir y dilucidar los folios 178 y 179 del Códice en que el texto es oscuro y las figuras no sirven para hacerlo más comprensible. Este Códice es llamado Arundel por el nombre de su primer poseedor, Thomas Howard, conde de Arundel, Surry y Norfolck, mariscal de Inglaterra (1585-1646), el cual fue a Italia por primera vez probablemente en 1609, pero volvió a ella de seguro en 1612, y durante su permanencia en Italia recogió autógrafos y dibujos vincianos. El códice debió de adquirirlo como está, o compuesto con hojas dispersas. Es de notar que el Tratado de la pintura (v.) y el referente al movimiento y medida del agua no contienen pasajes del Códice Arundel.
Como todos los códices vincianos, también el Arundel es una «colección sin orden» de notas acerca de los temas más diversos. Particularmente notables son las páginas relativas a los centros de gravedad, a la composición y descomposición de las fuerzas concurrentes, al polígono de apoyo, al problema de Alhazén o de la reflexión en un espejo esférico, al problema de Délo o de la duplicación del cubo, sobre el vuelo de los pájaros, sobre la anatomía y la fisiología del ojo, notas de hidráulica, consideraciones acerca del viento. No menos importantes son las consideraciones acerca de la esencia de la gravedad y sobre la de los entes geométricos. El códice contiene páginas bellas también desde el punto de vista literario: fábulas, apólogos, adivinanzas-profecías, esbozos topográficos, muchos diseños demostrativos y algunos dibujos artísticos.
S. Timpanaro