Novela ejemplar» del gran escritor español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), publicada en 1613. Ricardo, caballero siciliano cautivo en Turquía, cuenta a su amigo, el renegado Mahamut, la causa de su cautiverio: en Trápana vivía una doncella llamada Leonisa, cuya hermosura nos la describe Cervantes a través de las palabras de Ricardo y según los más rigurosos cánones de la retórica idealizadora renacentista («…una por quien los poetas cantaban que tenía los cabellos de oro, y que eran sus ojos dos resplandecientes soles y sus mejillas, purpúreas rosas; sus dientes, perlas; sus labios, rubíes; su garganta, alabastro; y que sus partes con el todo y el todo con sus partes hacían una maravillosa y concertada armonía…»). De ella se enamoró Ricardo, mas no fue correspondido, ya que parecía que ella sentía inclinación por Cornelio. Durante una reyerta entre Ricardo y Cornelio y sus parientes, en un jardín de la costa, irrumpen los turcos y se llevan prisioneros a Ricardo y a Leonisa — no a Cornelio, que puede huir a tiempo —. La desventura les separa, y Ricardo llega a creer que Leonisa ha muerto durante una tempestad. Terminado el relato de Ricardo y encontrándose juntos los nobles turcos Alí y Hazán y el cadí de la ciudad, llega un judío a vender una hermosísima cristiana, que no es otra que Leonisa. Alí y Hazán quieren adquirirla para el Gran Turco, pero con el secreto deseo de gozarla.
El cadí — que la desea también — arbitra una solución : se quedará él con la esclava y la mandará al Gran Turco en nombre de Alí y de Hazán. Un tiempo después, Ricardo, de acuerdo con Mahamut, entra al servicio del cadí. La acción en este punto se complica porque el señor encarga a los dos criados la misión de convencer a Leonisa de que acceda a su deseo; por otra parte, Halima, esposa del cadí, que se siente atraída por Ricardo, encarga a Leonisa una misión semejante. Debido a esto tiene lugar el encuentro y reconocimiento de ambos. Entretanto, como Alí y Hazán reclaman la entrega de la esclava al Gran Turco, los dos criados proponen a su señor un plan para que durante el viaje pueda realizar sus deseos y hacer desaparecer a su esposa; ellos, por su parte, tienen ya urdido otro para escapar con Leonisa; y Halima también cree tener preparado el suyo. El bajel del cadí se ve de pronto atacado por dos naves, una pirata y otra cristiana — que en realidad no son sino las naves de Alí y de Hazán, que pretenden apoderarse de Leonisa —. Luchan las naves de Alí y de Hazán y se destrozan. Ricardo y Mahamut se hacen dueños de la situación y retornan felices a Sicilia. Pero Ricardo al llegar no quiere otra recompensa para sus esfuerzos sino la felicidad de Leonisa. Y por esto creyendo que ella está aún enamorada de Cornelio, se la entrega generosamente. Pero la propia Leonisa contesta diciendo que su voluntad, antes dudosa, se declara ahora en favor de Ricardo, «…y la fama de Ricardo, saliendo de los términos de Sicilia, se extendió por todos los de Italia y de otras muchas partes, debajo del nombre de Amante Liberal…» El Amante Liberal es una narración de los primeros tiempos de Cervantes, que quizás refundió años después.
La complejidad del argumento permite relacionarla con la novela bizantina, género al que Cervantes había de contribuir con una gran obra, el Persiles y Segismundo, (v.). En El Amante Liberal, por otra parte, se insiste en el tema de cautivos, que constituye el argumento de algunas de sus obras teatrales y que aparece también en el Quijote (v.) y en el Persiles. Pero muy especialmente, El Amante Liberal ofrece gran semejanza con Los baños de Argel (v.): en ambas obras hallamos el cautiverio simultáneo de los protagonistas, la coincidencia en algunos nombres de personajes secundarios, la semejanza en alguna situación. Los críticos han visto en la figura de Ricardo una especie de Don Quijote, por su generosidad y liberalidad; y en el carácter amoroso de la obra un cierto «melibismo».
A. Comas