[Sinel]. Relato de Nikolaj Vasil’evic Gogol (L809-1852). uno de los más conocidos suyos, y también por la famosa frase de Dostoyevski, de que toda la literatura rusa moderna ha surgido de El Abrigo. La trama del relato, publicado en 1842, es ciertamente de típico estilo gogoliano, consistiendo en el desarrollo de una sencilla anécdota en la doble dirección realista y fantástico-grotesca. La aventura del héroe, el empleaducho Akakij Akakievic (v.), que, consiguiendo hacerse, al fin, un abrigo nuevo, ve que se lo quitan, enferma y muere, es la misma de una anécdota en circulación en tiempos del escritor, pero el valor anecdótico, como sucede en el Inspector (v.) y en las Almas muertas (v.), está rápidamente superado por el desarrollo y el análisis psicológico y por la maestría artística del conjunto. Desde el momento en que Akakij Akakievic advierte que su viejo abrigo está rasgado y, llevándolo al sastre, le oye decir que no es posible arreglarlo pues la tela está estropeada, hasta el momento en que, después de sacrificios inauditos — prescindir de la vela por la noche, renunciar frecuentemente a la comida y cosas similares — el abrigo nuevo está en sus manos, todo ello constituye un crescendo admirable de penetración y comprensión humanas. La idea del abrigo nuevo domina el alma del emplea- ducho como un ideal que conquistar y cuando está conquistado una luz de felicidad le envuelve.
Por poco tiempo, sin embargo, porque a la vuelta del pequeño banquete organizado por sus compañeros de oficina para celebrar el acontecimiento, en plena noche, los ladrones, junto con el abrigo, le llevan para siempre esa felicidad y toda posibilidad de volver a tenerla. El estilo realista con que la historia de Akakij Akakievic es llevada en los detalles externos es de repente interrumpido en el relato con la aparición nocturna del fantasma de Akakij Akakievic a su superior inmediato, el «pez gordo» que en la oficina le había aterrorizado durante tanto tiempo, y le obliga a entregarle su propio abrigo. Pero es una interrupción sólo real en parte, pues durante todo el relato, de hecho, el elemento grotesco se había infiltrado ya en el realista y su revelación en el epílogo es casi la solución lógica a una situación psicológica que permaneció hasta el fin carente de real eficacia, desde el momento en que, sólo debido a la visión de Akakij Akakievic muerto, se produce en su superior una transformación moral a favor de sus subordinados. La influencia que El abrigo gogoliano ejerció en la literatura rusa inmediatamente posterior fue sin embargo sólo en el sentido realista y psicológico, pues la comprensión del valor humano, que se encuentra incluso en las situaciones grotescas de Gogol, se ha producido bastante más tarde.
E. Lo Gatto