[Il ventaglio). Comedia en tres actos de Carlo Goldoni (1707-1793), quizá su obra maestra, elaborada sobre otra suya anterior, L’éventail, y representada por vez primera en 1765. Es una comedia de conjunto, de las predilectas de Goldoni, basada sobre la vivacidad de la trama y del movimiento colectivo, más bien que sobre el predominio de un personaje; Cándida, hablando desde su balcón con Evaristo, al cual ama y de quien es amada, deja caer su abanico que se hace añicos. Evaristo compra un abanico nuevo en la tienda de Susana y encarga a la campesina Giannina (v.) que se lo entregue a Cándida. Es éste el principio de una serie de malentendidos: el zapatero Crespino y el tabernero Coronato, enamorados de Giannina, se figuran que Evaristo es un rival; Cándida, pensando en lo mismo, ofende a Giannina, cuando ésta va para entregarle el abanico, y se enoja con Evaristo prometiendo su mano al barón Del Cedro, quien se la pide por medio del conde de Rocca Marina, noble arruinado y presumido.
Entre tanto el abanico va pasando de una mano a otra, complicando el enredo y las peleas hasta que todo se aclara; Cándida y Evaristo se reconcilian, Giannina se promete con Crespino, y la vicisitud termina en la serenidad general. El verdadero protagonista de esta comedia es, pues, el abanico; los varios personajes no tienen unas características notables, aparte de Giannina, que, con su rudeza, representa un tipo insólito en el rico repertorio goldoniano, y del conde de Rocca Marina, que repite un poco la figura del marqués de Forlinpopoli de La posadera (v.), anciano noble arruinado que trata de oponer la fuerza de la protección a la mucho más real del dinero. Pero el valor del argumento estriba en la humana vivacidad con que los amores se entrelazan, en la perfecta musicalidad de su juego y en su sentido de la multitud. Nobles, ciudadanos, mercaderes, campesinos y artesanos encuentran en el vagar del abanico su reconciliación y se reconocen en el ansia que les produce, llenando las distancias que los separan. Y, en su más madura expresión, el arte de Goldoni llega aquí a elevarse a poesía.
U. Déttore
Nunca sacrifiqué una comedia que podía ser buena a un prejuicio que la podía hacer mala. (Goldoni)
El inmortal Goldoni hizo renacer los tiempos afortunados de Plauto y Terencio y los todavía más felices de León X y Clemente VII (Voltaire)
El arte para él era naturaleza, significaba pintar la realidad. Y resultó el Galileo de la nueva literatura. Su telescopio fue la intención clara y pronta de lo real, guiada por su sentido común. (De Sanctis)
Da envidia pensar ese Paris del siglo XVIII que, alimentado por Racine y Moliere, sabía gustar de los juegos del libre espíritu e iba a escuchar este delicioso Abanico, lleno de gracia veneciana, a un mismo tiempo tranquilo y vivo, voluptuoso y ágil, irónico y, a la vez — calidad exquisita y rara—, sencillo y puro. (P. Rival)
* Francesco Augusto Bon imitó esta comedia en el Anello della nonna y Bersezio en la Bolla di supone. Pietro Raimondi escribió una partitura según libreto de Gilardoni.