[Zwei Menschen], Novela alemana de carácter lírico subdividida en cantos (romanzas), publicada en 1903. Inspirándose en una experiencia personal que dio origen a su segundo matrimonio, Dehmel desarrolla su doctrina sobre el amor y sobre la vida. Cediendo a la fuerza de los instintos, dos individuos Lea y Likas, se desatan de los vínculos afectivos que les tenían anteriormente atados a otras personas; la mujer lo consigue más fácilmente rompiendo lazos indignos; el hombre con mayor dificultad.
Luego, ambos, decididos a superar todo lo material que puede haber en su pasión, se fortifican, se purifican, encuentran su felicidad y, al mismo tiempo la felicidad del mundo, en una voluntad de sacrificio que es al mismo tiempo gozo. Y se entregan a esta felicidad nueva, fieles a la doctrina de Dehmel de que el valor del individuo reside en su capacidad de desarrollar su sentido de humanidad. Un año dura esta transformación espiritual. La novela empieza en invierno para terminar en otoño, pasando así a través de las estaciones. Durante este tiempo recorre todo el paisaje alemán y penetra en todos los ambientes culturales: la llanura, la montaña, el mar, el pueblecito de provincia, la gran metrópoli.
La estructura de los cantos tiene esa originalidad que Dehmel denominaba «la forma nueva de la balada, una forma que permite reproducir con muchas variaciones una vida entera del alma y un destino humano». La construcción es más bien artificiosa: la obra se divide en tres ciclos («La revelación», «La felicidad» y «La claridad»), cada uno compuesto de 36 cantos de 36 versos cada uno. Casi siempre los cantos empiezan con una descripción de la naturaleza que quiere expresar de un modo alegórico el contenido sucesivo; sigue el parlamento de uno de los dos personajes y la réplica del otro, de manera que el final de cada canto sirve de introducción al canto sucesivo. Los 17 cantos primeros empiezan con la palabra «y», y los últimos 17 con «sin embargo», todos ellos elementos caros a un determinado simbolismo alemán.
Se añaden algunos toques novelescos de dudoso gusto: la mujer es duquesa, el hombre es secretario del duque, la mujer mata a su niño ciego para poderse dedicar más libremente al amor, el hombre intenta robar unos documentos de archivo. Episodios groseros que contrastan ingenuamente con el motivo de una íntima transformación espiritual que informa la obra.
A. Feldestein