[Due Tratta– ti, uno intorno alie otto principali arti dell’oreficeria; Valtro in materia dell´arte della escultura]. Obra del orfebre y escultor florentino, publicada en Florencia en 1568. El primer tratado habla extensamente de las distintas técnicas de la orfebrería, es decir, del arte de montar y trabajar las piedras preciosas — de las cuales describe las cuatro especies más apreciadas: rubíes, zafiros, esmeraldas y diamantes—, del nielado, del esmaltado, del cincelado, de las filigranas, de la producción de sellos y cuños de acero para medallas y por fin de trabajos de gran tamaño, «di grosseria», figuras y vasos de oro y plata.
El segundo tratado tiene por tema la fusión de las estatuas en bronce, los diferentes mármoles y sus técnicas apropiadas, la manera de llevar a cabo esculturas de grandes dimensiones y de ampliar los modelos. Sigue por último un capítulo sobre el dibujo, que el escritor define «sombra del relieve», acabando por afirmar la superioridad de la escultura sobre la pintura: este arte, a su entender, debe ser mucho menos difícil y complejo puesto que está supeditado tan sólo a uno de los ocho puntos de vista requeridos en una estatua según el gusto imperante en el siglo XVI. También característica es la opinión valorada por Miguel Angel, de que para ser buen arquitecto sea necesario ser también escultor.
A pesar de estas indicaciones teóricas, los tratados tienen un carácter eminentemente práctico, destacándose por este motivo del conjunto de la literatura artística de la época: importantes en este respecto son las minuciosas explicaciones sobre procedimientos técnicos usados por el propio Cellini, por Caradosso y por algunos de entre los más importantes orfebres contemporáneos. También Miguel Angel es recordado con veneración en más de una ocasión, y entre otras cosas se considera como ejemplar su manera de esculpir las figuras en el mármol según el punto de vista principal, al estilo de los relieves. Las dos obras pueden considerarse un complemento de la Vida (v.) por los detalles que proporciona sobre obras de escultura y de orfebrería de Cellini (como su célebre fuente), por la viva originalidad del lenguaje y sobre todo por las frecuentes anécdotas que nos dan una clara imagen de la acusada personalidad del autor.
G. A. Dell´Acqua