[Journal to Stella). Colección de cartas así titulada por Thomas Sheridan en su edición de 1784. Ni el título se debe a Swift, ni tampoco el uso del nombre Stella (v.), que comenzó a usar aparentemente en vez del de Esther Johnson, algunos años después de la redacción de las cartas. El título se lo puso el lejano pariente de Swift, Deane Swift, a cuyas manos vinieron a parar 40 de las 65 cartas, el cual, publicándolas en 1768, sustituyó con el nombre de Stella las iniciales MD y otras usadas por Swift con su corresponsal, o mejor dicho, con sus corresponsales, ya que las cartas, si bien dirigidas sobre todo a Stella, por conveniencia figuran a veces dirigidas a su compañera Rebeca Dingley, ambas en Dublín, en tanto Swift se hallaba en Londres, ocupado entre otras cosas en llevar a buen término los asuntos relativos a la devolución al clero de los primeros frutos de los beneficios irlandeses (un impuesto eclesiástico pagado en un tiempo al Papa, y que luego demandó para sí la corona británica); en 1710, fecha en que principia el Diario, subieron al poder Harley y St. John (Bolingbroke), y pudo Swift ver sus esfuerzos coronados por el éxito.
De aquellas gestiones y de la vida londinense trata el Diario, que arroja luz sobre el ambiente literario y político en que se movía el escritor. Swift escribía las cartas al volver cada noche a casa, remitiéndolas con gran regularidad. Sólo de 25 cartas (XLI-LXV) se conservan los autógrafos en el British Museum, y confrontándolas con el texto impreso, hay que convencerse de las numerosas y arbitrarias alteraciones hechas por quienes las imprimieron en el siglo XVIII. Así puede verse que ha sido en gran parte sustituido el «little language» o «pequeño lenguaje», usado por Swift en estas cartas; curiosa costumbre fastidiosa para el lector moderno, pero que resulta índice sintomático para la interpretación de las relaciones misteriosas entre Swift y Stella (por ejemplo: «deelest logues» por «dearest rogues» [«queridísimas tunantuelas»], como llama a las dos mujeres; «Ppt» por «Poppet» [«muñequita»] o «Poor Pretty Thing» [«Pobre- cita cosa linda»], hablando de Stella).
M. Praz
No conozco nada más vigoroso, más tierno, nada más exquisitamente conmovedor que algunas breves anotaciones escritas en lo que Swift denomina el «pequeño lenguaje», en su Diario a Stella (Thackeray)