Poemita del inglés Robert Browning (1812-1889), publicado en Hombres y Mujeres (v.) en 1855 y que más tarde fue incluido en la colección Líricas dramáticas (v.). El poeta imagina lo que le gustará hacer después de muerto; y se ve mirando a dos jóvenes que se aman en un sendero de Inglaterra, en los meses en que la campiña florece. Después, describe lo que más le gusta en el mundo: un castillo rodeado de un abismo profundo, en los ventosos Apeninos. O dice al amigo a quien se dirige, si será preciso buscar su espíritu en lo más apartado del Mediodía italiano, ante la turquesa extendida del mar; y evoca las costumbres campesinas, el atentado al Borbón y la esperanza de una niña que deseaba que no prendieran al asesino frustrado. Breve y variada, la poesía está llena de múltiples sensaciones y de mudables nostalgias y sentimientos, como ocurre a menudo en Browning, original hasta en su genial y caprichoso gusto por los pormenores. Termina con los versos famosos:
«Ábreme el corazón y verás cómo lleva / grabado «Italia» por todas partes; /, porque, a ella y a mí nos une viejo amor; / así ha sido siempre, y que sea siempre así».
A. Camerino