Comedia costumbrista y de intriga de Lope de Vega (1562-1635). Tiene que ser anterior a 1618, pues figura en la segunda lista del Peregrino. Se publicó en 1633. Se halla el manuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid, autógrafo en los actos I y III, de otra mano para el II. Justo García Soriano cree, con razón, toda la obra de Lope, frente al criterio, sin base suficiente, de Paz y Meliá, que admitía la colaboración de fray Alonso Remón. El estilo de la bella y jugosa comedia da la sensación de unidad. El texto original, publicado por García Soriano (Nueva edición de Obras de Lope por la Real Academia, tomo XI) ofrece detalles suprimidos en el impreso, curiosos y sugestivos como las alusiones a lugares madrileños: la carrera nueva que compite con el Prado:
«gran vista… por aquí muestra / un bello lienzo de Flandes / en las gradas de estas huertas».
Enfrente, el río pequeño, hace que en él los «álamos y parras» se miren, contemplando «las sombras de su belleza». El tema es el de los soldados que lucharon en Flandes que llegan a la Corte, y la encuentran transfigurada y frívola. La figura notable de Beltrán, dice al Alférez Leonardo que las modas de los trajes mudan cada mes, que las mujeres usan sombreros como turbantes, o llevan al aire el cabello peinado hacia atrás; y los hombres van «calciestrechos» con grigüescos colorados, y calzón de terciopelo. Se alude al mentidero famoso, de las «gradas de San Felipe», en donde puede verse a todos los que vienen de Flandes, de Italia o Francia. Una notable trama de amor, en que destaca el carácter de doña Ángela, lleva al obligado desenlace, con varios matrimonios. La comedia es ágil, variada, amena, dentro de lo que pudiéramos llamar sector frívolo del género de capa y espada.
A. Valbuena Prat