David Harum, Edward Noyes Westcott

Novela del escritor nor­teamericano Edward Noyes Westcott (1847- 1898), publicada póstuma en 1898. Más que las aventuras de David Harum, típica figu­ra de americano «self-made» que, salien­do de la nada, con su trabajo tenaz se con­solida como banquero y tratante de caba­llos, la novela cuenta las más sentimentales del joven John Lennox, hijo de un hombre de negocios de Nueva York. Al quedarse solo por haberse suicidado su padre a con­secuencia de una quiebra financiera, y obli­gado a ganarse la vida, Lennox halla em­pleo en la banca de David Harum, en Homeville. Algún tiempo antes de la catás­trofe, en un viaje de vuelta de Europa, en donde había estado estudiando durante dos años, el joven encontró en la nave a Mary Blake, a la que había conocido de niña, y la intimidad de la vida de a bordo hizo florecer el amor en el corazón de los jóvenes. Pero al partir para Homeville, Len­nox descuidó volver a ver a la muchacha, en cuya casa de Nueva York habían pasa­do tardes inolvidables, dolido por no ha­ber recibido de ella ni una palabra de con­suelo en su desventura, cuando en realidad la culpa fue del sobrinito de Mary, que olvidó echar al correo la carta afectuosa que ella había escrito.

Con la llegada a Ho­meville las aventuras de John Lennox se mezclan con las de David Harum. La vida en la pequeña ciudad provinciana, es al principio un poco dura; mas pronto Lennox se confía con su principal hasta el punto de ser alojado en su propia casa, y entre los dos se establece una cordial amistad. Tras de algunos años de vida y de labor en común, David Harum asocia a Lennox y le otorga de modo ventajoso algunas tie­rras que había heredado de su padre; así es que el muchacho vuelve a ser rico. Una enfermedad obliga a Lennox a un viaje de salud a Europa y a bordo de la nave en­cuentra de nuevo a Mary Blake, a la que por un equívoco cree casada. La proximi­dad enciende de nuevo el amor y tras de algunas peripecias un poco románticas los dos se casan y se establecen en Homeville, enriquecidos por la herencia de David Ha­rum. La novela, que en gran parte es un cuadro de vida provinciana, tiene acaso el defecto de estar excesivamente basada en el azar.

B. Cellini