[Dante et les origines de la langue et de la littérature italiennes]. Obra del crítico francés Claude-Charles Fauriel (1772-1844), publicada póstuma en 1854. Fruto de sus famosos cursos de filología románica en la Sorbona, representa bastante bien el interés que siempre mostró el sabio por la cultura italiana, desde los primeros contactos de los sicilianos con los trovadores, a las tragedias de Manzoni. En Italia, el resurgir de la lengua y el desarrollo de las primeras manifestaciones poéticas están en íntima relación con la marcha de los acontecimientos, desde la quiebra de la idea imperial a la autonomía y la libertad de los municipios. Por eso, Fauriel traza un cuadro de las condiciones políticas de la península desde el siglo XI al XIV y en la buena acogida tributada a los trovadores provenzales por las cortes italianas ve un elemento significativo para explicar la civilización latina de Italia y de Francia frente a la centralización imperial alemana.
Bajo la influencia de la lírica provenzal, la lengua italiana tomó mayor consistencia, siguiendo una línea de desarrollo que va desde la escuela siciliana a la obra de Dante; el «dolce stil novo» constituye la prueba más insigne de esta unión espiritual que, tanto en Provenza como en la corte de Palermo o en las bellas ciudades toscanas. muestra la pasión por lo bello y la nobleza de los corazones. La figura de Dante Alighieri aparece, por tanto, en las primicias de la literatura italiana, como una figura cumbre, por la eficacia de su personalidad y por el vigor moral del personaje entre los acontecimientos políticos de su tiempo. En un segundo volumen, constituido por las lecciones de un nuevo curso, el autor examina de modo particular el problema del origen de la lengua italiana, que cree nacida de la unión del latín con los dialectos locales. Las investigaciones de Fauriel, guiadas por un gran interés por Italia, y por la amistad de Monti, de Manzoni y de Berchet, son importantes porque muestran cómo la cultura francesa se acerca a las manifestaciones literarias de la nación hermana, en el mismo sentimiento romántico de la libertad de los pueblos y de su camino hacia el progreso.
C. Cordié