Texto egipcio de argumento narrativo conservado en el denominado papiro Orbiney. El papiro se remonta al fin de la dinastía XIX (1345-1200 a. de C.); estuvo en posesión de la inglesa Elizabeth Orbiney y, actualmente, se conserva en la sección egipcia del Museo Británico. Lleva al final la firma del copista. Fue el primer texto literario del antiguo Egipto conocido en Europa.
Los dos hermanos, protagonistas de la narración, difieren en edad y en condición: el mayor, Anúp, tiene casa y mujer; el menor, Biti, convive con Anúp como obrero. Un día, en la estación de la siembra, el hermano mayor manda a Biti a casa para proveerse de simiente. En la casa, la mujer está peinándose. Mira turbiamente al joven que, vigoroso, transporta sin esfuerzo a la espalda una gran carga, y le declara su desenfrenada pasión; pero el joven, ante la invitación, se irrita «como un leopardo del sur» y le reprocha sus bajos deseos. Vuelto al campo, continúa trabajando gallardamente hasta el fin del día. Por la noche, el mayor, al volver a casa el primero, encuentra a la mujer caída en tierra, simulando haber sido golpeada: Biti la ha maltratado después de intentar inútilmente violentarla. Anúp afila su cuchillo y se coloca detrás de la puerta de la cuadra para matar a su hermano menor, cuando vuelva con las vacas recogidas en el prado. Las vacas se dan cuenta de que Anúp está detrás de la puerta y dan de ello cuenta a Biti, que se lanza en loca carrera invocando la ayuda del dios Rie-Haráhte; entre el perseguido y el perseguidor se cruza, en un momento, un amplio curso de agua, poblado de cocodrilos. A la mañana siguiente, el menor se disculpa y se castra.
Él, prosigue diciendo, no convivirá con su hermano. Se irá a vivir solo al Valle del Cedro y colocará su corazón en lo alto de la flor del cedro. Vivirá mientras el árbol no sea abatido y su corazón no caiga a tierra. Anúp será advertido de su muerte por cierta señal; en tal caso, que venga en seguida a buscar el corazón, aunque la búsqueda deba prolongarse durante años. Cuando lo haya encontrado, que lo coloque en un vaso de agua fresca y él, Biti, vivirá de nuevo. Así, pues, los dos hermanos se separan. Anüp vuelve á casa triste, mata a su mujer y arroja sus miembros a los perros. Los dioses se interesan por el caso y por la soledad en que Biti pasa sus días en el Valle del Cedro y le crean como compañera una mujer, bellísima, a la que las siete diosas Hathór profetizan que morirá de muerte violenta. A partir de aquí, los acontecimientos son todavía más fantásticos. Un rizo de la mujer, arrancado por las ramas del árbol, es transportado por el río a Egipto, al interior de la lavandería real. El Faraón dispone que se hagan pesquisas para que vuelva a Egipto la mujer a quien pertenece el admirable rizo. La propia mujer, descubierta por los enviados, sugiere que corten el árbol: el corazón de Biti cae a tierra y el hombre muere. Anúp, advertido por la señal concertada de que ha tenido lugar la muerte de Biti, logra encontrar el corazón que coloca en un vaso de agua fresca.
Vuelto a la vida, Biti, a fin de poder ser acogido en la Corte y hablar con la que le fue destinada para mujer, toma primero el aspecto de un toro divino, y luego, el de dos plantas. En tanto que los leñadores cortan las plantas para hacer muebles, una astilla penetra en la boca de la mujer, que concibe y da a luz un niño al que se nombra príncipe heredero y que, llegado el tiempo, subirá al trono. El cuento termina informándonos del juicio a que se somete a la mujer y de los honores decretados a Anúp, que, a la muerte de Biti, sube al trono egipcio. Es un texto lleno de espíritu inventivo, de movimiento y de imaginación, compuesto por el puro placer de contar y, por tanto, ingenuo y fantástico a la vez. Todos los acontecimientos, excepción hecha de la escena de la seducción, están como proyectados en el inundo de la fábula; de aquí los rasgos indecisos de algunos de los episodios, irreales, y a veces hasta llenos de lagunas.
E. Scamuzzi