[Novella del Bianco Alfani]. Es de autor dudoso del siglo XV, atribuida por algunos a Piero del Nero llamado Veneziano. Bianco Alfani es un florentino, guardián de las cárceles comunales. Un día Giovanni di Santo de Norcia le promete, para tenerlo más dispuesto a su servicio, que cuando regrese a Norcia le hará nombrar capitán del pueblo de aquella ciudad. Algún tiempo después que Giovanni di Santo ha vuelto a Norcia, algunos amigos envían a Bianco Alfani el decreto que le elige capitán del pueblo y le invita a presentarse con el decoro que conviene a dicho grado. Bianco gasta en los preparativos cuanto posee y marcha con mucho séquito. Pero en Norcia el capitán del pueblo ha sido ya elegido desde hace tiempo y los priores le demuestran que la carta es falsa. Durante la triste vuelta, los del séquito le reclaman el resarcimiento de los daños sufridos, le hacen confiscar el bagaje y le obligan a vender indumentaria y caballos. Así Bianco, que ha salido de Florencia con gran soberbia, vuelve derrotado. Los acreedores le obligan a vender lo poco que le queda y los detenidos, con los que se mostraba bastante severo, le denuncian al fisco por haber sido capitán en Norcia y no haber pagado los impuestos. Con ficción «boccaccesca» la novela se dice narrada en Florencia en una reunión de jóvenes durante la peste de 1430. Lioncino Gucci la narra deseando que los amigos le declaren mejor novelista que Piero Veneziano, que otra vez les había divertido con la novela de Lisetta Levaldini. Sin embargo su novela es inferior no sólo a la de Lisetta, sino a todas las demás novelas burlescas en que es rica la literatura italiana. Más que una novela. Leoncino relata una burla. La narración es larga y lenta, y tampoco los detalles desperdigados de tarde en tarde consiguen darle tono ni vigor. El tono es uniforme, el diálogo sin calor. El estilo es el de la conversación cotidiana, pero sin las ventajas de la viveza ni del color popular, las figuras están escasamente delineadas.
N. Onorato