[Quadrilogue]. Obra prosa de Alain Chartier (1393-1430/49) propíamente titulada Las cuatro invectivas [Quadrilogue invectif]. El autor habla de un sueño en el que se le aparecieron cuatro personajes que representan a la nación: el pueblo, el caballero (es decir, la nobleza feudal), el clero y Francia. Ésta se halla en tan deplorable estado que su miseria inspira a todos piedad. Mira ella con gran tristeza la despoblación que la rodea: la corona se le cae, su manto está hecho jirones. Tres hijos podrían salvarla: el caballero, el clero y el pueblo. Pero ella les reconviene: al primero porque quiere armas y conquistas; al segundo, porque no practica lo que predica, mirando sólo a su bienestar, y al tercero, porque exige su propia libertad contra los dos primeros, pretendiendo abatir toda autoridad con grave daño común. El pueblo le contesta juiciosamente a pesar de hallarse turbado: es sufrido y rebelde, pero devoto a la causa de la Patria; es semejante a un asno que trabaja para los demás: «Ellos viven de mí, y yo muero por ellos».
Sus rebeliones son justificadas por la tiranía, y él sólo pide justicia. Pero los adversarios se oponen violentamente a estas palabras del pueblo, particularmente el caballero, ensoberbecido por sus derechos seculares. Mientras se sigue discutiendo desabridamente, Francia incita a todos a la concordia para impedir el mal. También el escritor, con su palabra persuasiva, siente que aporta una notable contribución a la causa común. Con esta obra, robustamente escrita (en 1422) en una prosa inspirada en los modelos latinos, Alain Chartier revive íntimamente el drama de la patria y supera los límites del ejercicio retórico. El Cuadrílogo queda, por tanto, como un documento histórico ejemplar (piénsese en las vicisitudes de Francia, desde la batalla de Azincourt hasta la muerte de Juana de Arco), y, al mismo tiempo, atestigua la profunda renovación literaria que tendrá digno desenvolvimiento en los principios del Renacimiento.
C. Cordié