Poema alegórico, compuesto entre 1423 y 1425 por don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (1398-1458), en honor del poeta catalán Mossén Jordi de Sant Jordi (que debió nacer en el reino de Valencia a fines del siglo XIV y murió entre los años 1423 y 1425). La amistad entre los dos poetas se entabló en la corte de Alfonso V el Magnánimo de Aragón, gran protector de las letras y de las artes, donde convivían indistintamente poetas catalanes y castellanos. Don Iñigo López de Mendoza vivió en ella desde 1413 hasta 1422 ejerciendo el cargo de copero mayor, cargo semejante al que ostentaba Jordi de Sant Jordi, que era camarero del rey. Junto al Magnánimo hallamos a otros dos poetas catalanes, a Ausiás March y a Andreu Febrer (v. los respectivos artículos de Poesías), los cuales, con Jordi de Sant Jordi (v. Cancionero), aparecerán citados en el Prohemio al Condestable Don Pedro de Portugal del Marqués de Santillana.
La Coronaçión no es otra cosa — como ha afirmado recientemente un crítico — que un tributo a una amistad juvenil. En ella Homero, Virgilio y Lucano ciñen una corona de laurel en la frente de Jordi de Sant Jordi. El Marqués nos describe al poeta de esta manera: «E vi más un cavallero / que delante ellos estava, / e muy manso ragonava, / e con vulto falaguero; / mas por fablar verdadero, / su raçón non la diría, / maguer que me paresgía / en la loqüela extrangero». Santillana en la misma Coronaçión menciona «las obras perfectas e muy sotiles tractados por Mossén Jorde acabados». Pero no terminan aquí los elogios del Marqués al poeta catalán; años más tarde, entre 1445 y 1449, había de referirse a Jordi de Sant Jordi en el Prohemio antes mencionado con las siguientes palabras: «En estos nuestros tiempos floresçió mossén Jorde de Sanct Jorde, cavallero prudente, el qual ciertamente compuso assaz fermosas cosas, las quales él mesmo asonava, ca fue músico expeliente, e figo, entre otras, una «Cançión de oppósitos», que comiença: «Tosjorns aprench e desaprench ensems»; figo la «Passión de Amor», en la qual copiló muchas buenas cançiones antiguas».
A. Comas