Memorias de la infancia y adolescencia del poeta y polígrafo argentino Arturo Capdevila (nacido en 1889). Se publicó en 1923. Con amenidad y sencillez narra el autor al azar de los recuerdos, anécdotas alegres y episodios dramáticos de días ya lejanos, alternando el tono humorístico con el elegiaco, la sátira indulgente con la meditación conmovida, el escepticismo religioso con la nostalgia de la fe infantil. En doce breves capítulos se evocan sin rigor cronológico las leyendas y canciones escuchadas por el niño, sus juegos y descubrimientos, las visitas a los parientes, el carnaval y la Semana de Pasión, la escuela de primeras letras y las subsiguientes experiencias estudiantiles, primero en el colegio de Santo Domingo, después en una escuela alemana, la misa del alba acompañando a la madre, la primera pelea, una visita al convento de los dominicos, las deleitosas clases de música y la música de las campanas, el despertar de la conciencia moral, las tormentas y crecidas aterradoras, los pintorescos barrios extremos, y muchas otras escenas y personas hasta llegar a los umbrales de la mocedad.
Surge de este libro, vista por el poeta con mirada retrospectiva, la Córdoba de fines del siglo pasado y comienzos del presente, dormida, beata, austera, doctoral y solemne, creída inmóvil, pero, en verdad, marchando también ella con la juventud, alegremente, hacia los tiempos nuevos. El último capítulo, el decimotercero, concebido mientras el poeta contempla a Córdoba desde el parque trazado en lo alto de la barranca, es una lírica admonición a sus conciudadanos aconsejándoles la alegría del corazón, el aborrecimiento del fanatismo, la hermandad entre los amigos, la fortaleza física y moral, el desdén de los títulos doctorales y el trabajo de la tierra libertada.
R. F. Giusti