[Cobles de la divisió del regne de Mallorques]. Fueron compuestas por fray Anselm Turmeda (13529-1423?), el famoso renegado mallorquín, en Túnez, en 1398. Dice Turmeda que las escribió a ruegos de «algunos honorables mercaderes de Mallorca». La intención era amonestar a sus paisanos, con motivo de los trastornos que se seguían de sus banderías. Las Cobles constan de 105 estrofas de ocho versos heptasilábicos (al modo provenzal), escritas en límpido catalán, libre de los convencionalismos de lenguaje de los poetas de aquel tiempo. Turmeda inventa una alegoría en la que no faltan el delicioso prado, el bello palacio y una reina — la isla de Mallorca — servida por siete doncellas, que hace el elogio de la tierra y se lamenta de la división que en ella impera. Según fray Anselmo, todo esto pasa por obra de un encantamiento, y porque los cuerpos celestes son desfavorables a la isla.
Remedio de fray Anselmo: rogar a Dios, que rige el universo, que ponga concordia en el pueblo. Como Turmeda se excusa de volver a su tierra, envía una carta a sus paisanos recomendándoles paz. Al final invoca a la Virgen María para que ampare a su tierra. Estas coplas, como se ve, parecen obra de circunstancias. ¿Las escribió Turmeda con propósito puramente patriótico, o perseguía con ellas algún fin particular? Difícil es contestarlo, pero Turmeda habla con acento muy personal. Sabido es que después de su apostasía continuó interesándose por todo lo de su tierra y que su personalidad de escritor se desdobló. Seguía siendo escritor cristiano, con ironías más o menos crueles cuando se dirigía a sus paisanos, y era escritor islámico, cuando escribía para musulmanes. En las Cobles hace el elogio de numerosos religiosos mallorquines, él, que en otras ocasiones ha denostado tan despiadadamente a los hombres de religión. En ninguna otra obra Turmeda ha expresado tan paladinamente como en ésta el amor que sentía por su tierra.
P. Bohigas