La más importante recopilación de leyes tanto de Babilonia como de Asiría es el llamado Código de Hammurabi, o Leyes de este rey de Babilonia, que reinó, aproximadamente, desde el año 1955 al 1913 a. de C. Él mismo da a sus leyes el nombre de «dinát mésharim», o sea «juicios de derecho». Hammurabi tomó por modelo de su código las numerosas recopilaciones legales que existían todavía en su tiempo en las más importantes ciudades sumerias, pero trasladó también a sus disposiciones el derecho semítico, tal como había sido fijado en las leyes que ciertamente había ya bajo la dinastía de Agadé, o sea la primera dinastía semítica de Babilonia. El rey mandó grabar estas disposiciones jurídicas en caracteres cuneiformes sobre dos estelas de unos 2,25 metros de altura, que mandó colocar ante la estatua del dios del Sol en el templo de Sippar. De esta recopilación se sacaron varias copias, en casi todas las épocas de la historia de Mesopotamia. El código consta de unos trescientos artículos. Las leyes, aunque dadas al rey por el dios Samas, son puramente civiles y no tienen relación ninguna con la religión. Su forma es la de todas las normas jurídicas mesopotámicas: cada norma consta de una prótasis, que se inicia con «shumma» («si») y contiene las circunstancias jurídicamente esenciales, y de una apódosis con la indicación de lo que debe suceder en este caso: la pena que hay que infligir al culpable cuando se trata de derecho penal, y la situación jurídica nueva cuando se trata de disposiciones de derecho civil. El código de Hammurabi se distingue de las leyes sumerias especialmente por lo conciso de su expresión y lo abstracto de sus normas; por lo cual representa un estadio ya avanzado de la técnica jurídica. Las distintas disposiciones están agrupadas según criterios completamente externos. El código contiene un largo prefacio y un apéndice en el que habla el mismo rey. Traducción italiana en Furlani, Leggi dell’Asia anteriore antica (Roma, 1929).
G. Furlani