Es uno de los grupos en que se dividen los cantos populares serbios y croatas de carácter histórico. En este ciclo están agrupados todos los cantos sobre el príncipe Marko Kraljevié (v.), personaje histórico del siglo XIV (1371-1394). Según la historia, era hijo del rey serbio Vukaáin y no fue el valiente campeón de la fe cristiana que aparece a veces en los cantos. Fue vasallo del Sultán y pereció en Rovin combatiendo por los turcos contra los válacos del voivoda Mircea. Pero Marko Kraljevic (o Marko, hijo del rey) había de convertirse en el héroe más famoso de la épica popular de los eslavos balcánicos. El núcleo mayor de los cantos sobre él forma parte del patrimonio poético de serbios y croatas, pero también la épica popular búlgara se detiene con frecuencia en esta figura y la considera, con cualquier título, héroe nacional. La elaboración hecha por los búlgaros no modifica demasiado la figura de Kraljevic. El ciclo de Marko Kraljevic es sobre todo clásico entre los serbios con el mismo título que el Ciclo de Kósovo (v.), pero se distingue de él por la riqueza de motivos humorísticos, que se afirman al lado de los puramente trágicos. Algunos de los cantos están compuestos en versos largos, de 15 a 16 sílabas; pero la mayoría está compuesta en versos breves o decasílabos.
Marko Kraljevic, aun comparándole con los héroes del ciclo de Kósovo, aparece como el más grande y popular héroe de la antigüedad serbia. Marko es el hombre de más apostura, más fuerte, más valeroso. Posee las armas más bellas y el caballo más hermoso. La simpatía del pueblo le ha revestido de todas las virtudes: es hijo afectuoso, hombre piadoso, juez justo, defensor de los débiles. Incluso las «vilas» (hadas de los bosques o de los montes) se enamoran de él; le protegen y disputan con él como hermanas. Pero es alegre y el vino le agrada. Algunos cantos narran cómo se convirtió en vasallo y luego en amigo de los turcos, en servidor del Sultán. En conjunto, los cantos siguen, en forma legendaria, casi toda su vida: cuentan cómo nació de un dragón, narran las fantásticas proezas de su infancia; la conquista de las armas maravillosas; sus relaciones con las vilas, con los dragones y con otros seres fabulosos; su actitud, llena de respeto y amor, hacia sus padres, sus hermanos y su mujer; sus luchas y amistades con otros héroes; la liberación, casi cual nuevo San Jorge, de una princesa entregada a un dragón; y finalmente su muerte. Muerte natural, enviada por Dios, porque nadie hubiese podido vencer ni matar a dicho héroe. Sus relaciones con los turcos están a menudo representadas bajo una luz cómica. Hay que advertir, finalmente, que la figura de Marko Kraljevió y los diversos episodios de su vida se aproximan al estilo y a la tradición de la caballería propia del Occidente.
L. Salvini